José Manuel León interpreta El Sembrador durante "La rosa del azafrán"                                        Foto: GACETA

Gabriel Jaime

Completo y variado resultó el fin de semana que clausuró la 29ª Semana de la Zarzuela, con la puesta en escena de dos títulos muy distintos como “La Rosa del Azafrán” y “Marina”, además de una entretenida obra de teatro y un variopinto encuentro de corales. Muchos argumentos para repetir visita al teatro Tomás Barrera, que vio su copado su aforo en la mayoría de las funciones.

Por lo que respecta a la zarzuela en sí, el ciclo contó con la representación de “La Rosa del Azafrán” por partida doble, con dos parejas muy distintas en los papeles de “Juan Pedro” y “Sagrario”. La Compañía Lírica “Maestro Andrés Uriel” de la ACAZ actuó nuevamente al son del libreto de Federico Romero. Por la tarde, las voces de José Manuel León y Milagros Martín dieron vida a los principales protagonistas, mientras que en la función de la noche se cambiaron por Andrés Sevilla y Jose Simón que reaparecía después de algunos años fuera de las tablas. Dos buenas duplas con sus respectivas características que gustaron al público asistente, mención aparte al resto del elenco que tuvo el sobreesfuerzo de hacer doblete. Hubo mucha complicidad de ambas parejas principales sobre el escenario que consiguieron llegar al público que llenaba la sala en cada función. Antes del comienzo de la sesión de tarde, se rindió un pequeño homenaje al componente de la asociación tristemente desaparecido, Gregorio Salcedo.

El festival concluyó con la representación de “Marina” a cargo de la Compañía Lírica Musiarte Producciones que dirige María Dolores Travesedo. Las voces de Gema Scabal, Turandot Pastrano, Lorenzo Mock y Antonio Lagar se repartieron los papeles principales de esta opereta ambientada en un pueblo marinero catalán. La obra contó con una buena puesta en escena y el apoyo de distinguidos coros que completaron la partitura de Emilio Arrieta. La directora de la compañía se mostró encantada con la representación de “Marina” y con el buen papel desempeñado por la ACAZ en sus respectivas actuaciones, destacando la evolución de las voces de sus componentes.

Un momento de "Cuatro corazones con freno y marcha atrás"                                     Foto: GACETA

Pero el fin de semana también dejó el estreno de una nueva obra de teatro a cargo del grupo local, interpretando el título “Cuatro corazones con freno y marcha atrás” de Enrique Jardiel Poncela. Una veintena de personajes sobre el escenario componen este montaje dirigido por Luís Romero de Ávila, que se mostró muy ilusionado con el grupo de teatro que se ha asentado definitivamente. La representación resultó muy amena y entretenida, demostrando la experiencia que tienen los componentes sobre las tablas. En declaraciones a la prensa, el director reconoció que es muy complicado preparar una obra con tantas personas, pero la intención es que ninguno se quede fuera. En cualquier caso, afirmó rotundamente que estrenarán otra obra el próximo año, asegurando que el ciclo contará con una nueva representación teatral tras “Bodas de sangre”, “Maribel y la extraña familia” y ésta última de Jardiel Poncela.

Recital de corales

Por otro lado, también se ha contado con un nuevo encuentro de corales dentro del ciclo zarzuelero, en una actividad que también se está asentando como punto referente. Hubo tres grupos participantes que mostraron un interesante y variopinto recital para todos los gustos. El coro de la Asociación músico-cultural Pedro Lavirgen de Bujalance interpretó las fantasías número y número dos de “Katiuska”, además de una selección de “La canción del olvido”, mientras que el coro Tutto Voce de Segovia ejecutó un programa variado que mezcló zambras, cha-cha-chas, habaneras y otras canciones populares con un montaje muy espontáneo y divertido. También el coro titular de la ACAZ tuvo una pequeña aportación casi testimonial con la interpretación de El Saboyano de “Luisa Fernanda” y “Alma de Diós”, con la colaboración de los solistas José Manuel León y Andrés Sevilla. El coro local estuvo dirigido por Marieli Blanco, que avaló el interés cultural de este acto. La directora también destacó la evolución ascendente de las voces solaneras, lo que se ha conseguido con mucho esfuerzo y trabajo, dijo, mostrándose muy contenta con todo lo conseguido en estos años de trabajo.

Un fin de semana que contó con la asistencia de mucho público, con un gran número de espectadores foráneos que llenaron ó casi, según las funciones, el patio de butacas del Teatro Tomás Barrera. La semana echó el telón pensando ya en la trigésima edición que comenzará a forjarse una vez que se haga el balance de lo acontecido este año.