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Los agricultores están encantados por el alto precio de la uva blanca                      Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         La vendimia en La Solana avanza y se encuentra en pleno apogeo. La cosecha transcurre con normalidad y bajo un sentimiento de euforia en nuestros agricultores. La razón es sencilla: el precio de la uva está por las nubes en relación a años precedentes, a 4,70 pesetas el kilo de blanca, aproximadamente un 60% más que en 2011, y a caballo regalado no hay que mirar el diente. Sin embargo, los bodegueros ven letra pequeña. Creen que esta alza de precios puede encarecer el precio del vino y, por tanto, más dificultad para que el mercado absorba la producción.

         Así que la botella está medio llena o medio vacía, según se mire. Pero la realidad es que los agricultores, poco acostumbrados a alegrías, sólo saben que sus uvas están más caras que nunca, y eso les hace sentirse bien.

         Radio Horizonte ha hablado de todo esto con Santiago Romero de Ávila, propietario de Bodegas Romero de Ávila Salcedo y por tanto industrial, aunque también productor. Habla de una vendimia atípica, ya que el fruto está llegando en buenas condiciones, pero con una maduración heterogénea y con poco grado “hemos tenido una primavera y un verano secos y calurosos que han provocado una brotación tardía”. Sin agua y con altas temperaturas en mayo y junio la floración se resintió. Otra ola de calor sahariano en agosto dio la puntilla “la planta se paró y no daba más de sí con ese estrés térmico, sobre todo en el secano”.

         De este modo, la uva está llegando en condiciones desiguales. Por un lado, la falta de grado ha retrasado la cosecha, que el año pasado ya estaba casi concluida a finales de septiembre. Los primeros remolques de blanca airén llegaron con apenas 9,5 grados, y ahora están en una media de 11 “en la misma viña hay racimos maduros y otros sin madurar, con más carpones de lo normal”. Así que las bodegas deben seleccionar más.

         En su opinión, el alza del precio es una excelente noticia para el agricultor “se les ve contentos y no es para menos”. Pero teme que tanto árbol no deje ver el bosque “es difícil de entender con un 15 por ciento menos de cosecha”. Lo achaca a la exportación, que está tirando del carro al vender el año pasado más de la mitad de la producción total en España, unos 22 millones de hectolitros de 40 cosechados. El bodeguero teme que esta gallina deje de dar huevos “las exportaciones también pueden venirse abajo”. Las bodegas tendrán que subir el precio de sus vinos para compensar.

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