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 Herramientas

La renovación de herramientas ha sufrido un parón

         Aurelio Maroto

         Todos tenemos un destornillador en casa, y una alcayata, y un martillo, pero a menudo están de adorno. O quizás estaban. El autobricolaje es un efecto más de esta cacareada crisis que azota, una forma de ahorrarnos la factura del técnico de turno, aunque sea sin IVA, ahora que ha vuelto a subir. Seguimos yendo a la ferretería, sí, aunque busquemos lo imprescindible para el momento. Los que no van, o van menos, son los profesionales, que apuran como nunca la vida útil sus herramientas.

         Las ferreterías son un claro ejemplo de daño colateral tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y la caída de la construcción, un sector pujante y casi dominante en La Solana. Lo mismo ha ocurrido con el resto de empresas auxiliares del ladrillo, algunas más perjudicadas que otras, pero todas diezmadas en alguna medida. Radio Horizonte ha hablado con Valeriano García-Abadillo, un conocido ferretero local, gerente de Ferretería García-Abadillo. Su padre, Francisco, ya jubilado, abrió la primera tienda en 1980, y 32 años después Valeriano mantiene el negocio con sus hermanos Carmen y Paco.

         Admite que la crisis aprieta “nuestro sector lo nota desde hace varios años, pero se ha agudizado los dos últimos”. Una ferretería industrial depende en parte de la construcción, y muchas empresas han cerrado o trabajan bajo mínimos. Eso ha acarreado pérdida de empleos, y cuando no hay sueldo a fin de mes… En su opinión, llueve sobre mojado por que “no nos creíamos que esto iba a llegar” y la realidad es que no hay consumo “la gente compra lo primordial y las empresas hacen reparaciones propias para no comprar maquinaria nueva; ya no se ve la alegría de hace unos años”. Tanto es así que cifra las pérdidas entre un 25 y un 30 por ciento. La paradoja es que Ferretería García-Abadillo ha aumentado la venta de material doméstico para autorreparaciones domésticas, un pequeño contrapeso ante la tempestad. Eso sí, la gente ya no compra por impulso, como sucedía antes “viene a la tienda y se lleva lo que realmente necesita”.

         A la hora de opinar sobre las últimas reformas, en especial el fuerte paquete de ajustes anunciado esta semana, Valeriano García-Abadillo no se esconde “me parecen demasiado tajantes de repente, habría que haberlas hecho desde el principio”. El problema es que estos recortes y el súbito aumento del IVA llegan cuando la crisis ya afecta de lleno al ciudadano de a pie “ahora la gente tiene miedo por que no sabe qué va a pasar dentro de quince días”. Y claro, el consumo sigue estancado.

         En cualquier caso, el empresario solanero no se queja “la nave del polígono nos funciona bien”. En efecto, la crisis sorprendió a Ferretería García-Abadillo en plena expansión, habida cuenta que en 2008 invertieron en el polígono industrial, diversificando el negocio con venta al por mayor y alquiler de maquinaria. La decisión resultó ser clave para el futuro de la empresa “el que no se mete a torero no corta orejas”.

         Aunque la crisis es dura, y a su juicio seguirá siéndolo al menos dos años más, prefiere ser positivo “la gente volverá a consumir tarde o temprano. Aunque doloridos, saldremos de esta”.

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