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 Copia de Timos charla

El agente informó con detalle sobre los timos y las estafas                                                    Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         El timo de la estampita no es exclusivo de Toni Leblanc ni una leyenda urbana plasmada en una peli. Que va. De hecho, sigue produciéndose igual que la cámara lo filmó en “Los tramposos”, pero de verdad. Lo que pasa es que los métodos para engañar son múltiples y variados, y las nuevas tecnologías han introducido nuevas formas de estafa.

         Cruz Roja de La Solana ha organizado una charla informativa para hablar precisamente de los timos y aconsejar ante esos engaños manifiestos. La solución es fácil, no dejar pasar a nadie a nuestra casa si no lo conocemos y no dejarnos llevar por supuestos regalos.

         El policía local Juan Jesús Carrasco fue el encargado de impartir la charla, ilustrada con imágenes, en la que habló de los timos más habituales, que se repiten sin cesar. En La Solana se han dado dos casos últimamente, y tienen que ver con las revisiones de técnicos. Mucho cuidado si llama a la puerta un señor diciendo que viene a revisar el gas, o el contador de luz, o del agua. Aunque llegue perfectamente vestido de técnico y se identifique como tal, nadie nos puede obligar a pasar a nuestra casa para revisar nada si no queremos. Excepto por orden judicial, claro.

         Según el policía local, tenemos que identificar a la persona “lo mejor es conocer al técnico y desconfiar siempre si no sabemos quién es”. Juan Jesús Carrasco recordó dos títulos clásicos, El Lazarillo y El Buscón, ejemplos manifiestos de la eterna picaresca en este sentido. El agente cree que “somos demasiado confiados cuando llega alguien de uniforme, pero hay que tener cuidado”.

         Una vez producido el timo, al disgusto se une a menudo la vergüenza. Da “corte” denunciar que nos han engañado “como a un chino”. Es una equivocación “hay que denunciar siempre a la Policía Local o a la Guardia Civil, incluso aunque después se demuestre que era una falsa alarma”.

         Lo dicho, el timador siempre anda suelto y nadie estamos libres de picar el anzuelo. Ya saben, nadie da duros a cuatro pesetas.

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