Entrada del Circo Alemán. A la derecha, tigres de bengala                                              Fotos: GACETA

Gabriel Jaime

Un nuevo circo itinerante ha hecho escala en La Solana para hacer disfrutar a grandes y pequeños con sus números imposibles. El Circo Berlín llega con un impresionante tinglado de camiones y su variado zoológico de animales pintorescos que también actúan sobre la pista. Durante cuatro días, todos sus personajes darán vida al considerado como el mayor espectáculo del mundo.

Una veintena de trailers con unas treinta personas a bordo, forman una auténtica ciudad andante que trabaja para vivir. Así lo define uno de los integrantes de esta familia de artistas, Juan Olmo, quejándose de las dificultades que tienen a diario para salir adelante. Un pueblo se da bien, otro regular, otro mejor y vuelta a empezar. El gasto diario se estima entre 500 y 600 euros, y hay muchos días que no se ingresa nada porque no hay función. Si no se actúa, no se cobra y no siempre que se sale a pista se puede ganar lo mismo. El artista lamenta el poco apoyo institucional a este espectáculo, y clama contra todas las trabas y controles que se incrementa en las capitales de provincia.

Elefantes de 4.500 kilos, tigres de bengala, caballos de Noruega, ponys, camellos, búfalos, reptiles y palomas forman la familia animal. En otra parte están los payasos, trapecistas, malabaristas… de todas las edades. Son las otras familias que se dedican al espectáculo prácticamente desde la cuna.

Por eso, el Circo Berlín dispone incluso de un colegio propio que se incluye en uno de los carromatos. A través del Ministerio de Cultura, cuentan con un profesor propio que trabaja a diario con los niños. Es un maestro cuya plaza la ejerce en el circo y ya lleva dos años con ellos. En periodo de vacaciones se marcha a su casa y cuando llega septiembre, su clase móvil echa a rodar por toda la geografía nacional. Por lo demás, todo es prácticamente igual que en una escuela cualquiera y el profesor es recto y tajante. Hay exámenes, recreos, tutorías e incluso actividades extraescolares con visitas a los lugares más representativos de donde hacen escala. Olmo comenta que antes no podían estudiar porque cambiaban con mucha frecuencia de colegio, reconociendo que tampoco los alumnos autóctonos podían concentrarse en los libros más pendientes de las acrobacias de los jóvenes artistas.

Los integrantes del Circo Berlín tienen claro que éste es el único espectáculo diseñado para toda la familia, teniendo como principales valedores a los niños. Si no hay niños, no hay padres, y los jóvenes sin hijos no son precisamente público habitual.

Hasta el domingo 15 de abril y situado junto al Tanatorio de la Carretera de Tomelloso, el Circo Berlín mostrará sus mejores actuaciones en un espectáculo de dos horas de duración. Nos vemos en el circo.