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ONCE

         Aurelio Maroto

         La suerte vuelve a llamar a la puerta de La Solana. Anoche, un hombre se acercó a Luis Almarcha, vendedor de la ONCE en la localidad, y le compró cuatro cupones de máquina, conocidos como TPV, con el número 4.644. Esta mañana, su vendedor ha acudido a su casa para darle la buena nueva: acaba de ganar 140.000 euros, la suma de los cuatro cupones adquiridos horas antes, a razón de 35.000 euros cada uno.

         La identidad del hombre es una incógnita, al menos públicamente. Sí sabemos que se trata de un solanero joven, bastante conocido en la localidad por su negocio de autónomo, está casado y tiene dos hijos. Luis Almarcha acudió como un ángel de la guarda para informar al agraciado de que se acababa de convertir en “cienmileurista”, o millonario de antiguamente, ya que esos 140.000 euros se traducen en más de 23 millones de las antiguas pesetas. En declaraciones Radio Horizonte, Almarcha dibujó la escena “cuando he llegado a su casa y se lo he dicho ha empezado a saltar, me ha abrazado y ha creado un revuelo en la vecindad”. Es fácil comprender que la noticia ha corrido como reguero de pólvora y que, a estas horas, todo el mundo sabe quién es el agraciado.

         Pero lo más curioso es cómo adquirió los cupones. Auque se trata de un cliente habitual, ayer pasaba con el coche sin reparar en el vendedor. Luis Almarcha lo paró a voces en plena calle “tuvo que apartar el coche y pude venderle sus cuatro cupones”. Es muy posible que, de no haber coincidido de esa manera, nada de esto hubiera sucedido.

La última vez que Luis Almarcha repartió fortuna fue en los días previos a la Navidad de 2010, hace catorce meses. Aquella vez fueron 6 bonos de 30.000 euros cada uno al número 13.837, repartiendo un global de 180.000 euros, aunque repartido entre media docena de agraciados. El pasado 28 de septiembre, otro vendedor, Tomás Díaz, conocido popularmente como “El gato negro”, repartió 350.000 euros con el número 68.176.

Está claro que la lotería suele llegar a La Solana con cierta asiduidad. ¿Es suerte o que los solaneros juegan mucho?. No lo duden, es un poco de todo.

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