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Hospital-5

Imagen de la marcha celebrada este domingo                                                                              Foto: EFE

        Aurelio Maroto

         Miles de personas (12.000 según la organización y 6.500 según la policía) secundaron la manifestación convocada en protesta por el anuncio de privatización del Hospital “Virgen de Altagracia”. La ciudadanía de la comarca de su área sanitaria se concentró en Manzanares, localidad donde se ubica el centro hospitalario, para decir “no” al nuevo modelo de gestión auspiciado por el gobierno regional.

Al grito de “no, gestión privada no” o “la salud no es un negocio”, la marcha comenzó junto a centenares de carteles y numerosas pancartas con los slogan más variopintos, muchos de ellos críticos con la nueva presidenta regional, Dolores de Cospedal. En la cabecera se podía ver a los responsables de la Plataforma del hospital manzanareño, muchos de ellos facultativos con una prolongada experiencia profesional en el centro. Detrás, una muchedumbre donde se pudo ver a varios representantes políticos de La Solana, entre ellos el presidente de la Diputación, Nemesio de Lara, el alcalde, Luis Díaz-Cacho, y el portavoz de IU, Bernardo Peinado. Tampoco faltaron solaneros a título particular.

Durante el trayecto se sucedieron los cánticos corales anteriormente aludidos, además de los típicos silbatos y el megáfono animando la marcha, pero con absoluto orden y sin ningún tipo de bronca. A su llegada a la plaza del Ayuntamiento, un representante de la Plataforma leyó un largo comunicado, donde se profundizaba en las razones que han llevado a esta protesta y el por qué el cambio en el modelo de gestión será perjudicial.

Dejando claro que “no nos mueve ningún interés político” expresaron su preocupación, e incluso “tristeza de ánimo” y “temor por el presente y futuro de nuestra salud y de nuestro hospital”. La Plataforma considera innecesario crear una “estructura paralela” para después rescatar el hospital si la empresa renuncia, como sucedió en Alzira. Afirman que la nueva empresa buscará beneficios “que no tienen por qué revertir en el sistema sanitario sino en otra clase de negocio de los dueños”. Y, lo más importante, aseguran que la población notará cambios sustanciales. Según dicen “la empresa podrá disminuir la disposición de camas para los pacientes de la sanidad pública mediante reservas para aseguradoras o mutuas, ajustar hasta niveles insoportables la plantilla, recudir el material de curas, aparataje, prótesis e instrumental quirúrgico, podrá disminuir el tiempo de hospitalización para rentabilizar las camas y derivar a otros hospitales más lejanos a enfermos con patologías más complejas o crónicas”.

También creen que la pérdida de calidad asistencial acabará notándose “cuando ciertos pacientes sean derivados a otros hospitales, cuando operaciones importantes que ahora se realizan aquí se hagan en otros centros, cuando se pierdan profesionales, se reduzcan servicios, cuando los enfermos oncológicos no interese atenderlos aquí o cuando se haga visible una pérdida de calidad”. El problema –añade el comunicado- es que para entonces será tarde por que el contrato estará firmado para 20 ó 30 años.

Al margen de los perjuicios sanitarios, la Plataforma recuerda que tampoco hay razones económicas, ya que el hospital de Manzanares siempre ha cubierto sus presupuestos y es modelo de buena gestión como lo demuestran los reconocimientos de excelencia obtenidos a nivel regional, incluso estatal.

Creen que se trata de un mero experimento y exigen que se abandone de inmediato esta iniciativa, que afectará también a los Centros de Salud, entre ellos el de La Solana.

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