Un momento de la escenificación de la noche                                                                                   Foto: GACETA     

         Aurelio Maroto

         La compañía lírica “Maestro Andrés Uriel” ha incluido un nuevo título a su ya amplio repertorio. Anoche estrenó La revoltosa, una de las grandes joyas del “género chico” más castizo y, a la vez, un reto fabuloso, casi una osadía por su extraordinaria dificultad de ejecución, incluso más que la mismísima Verbena de la Paloma.

         En sesión doble, la compañía escenificó La revoltosa con un reparto de voces, actores principales y cuerpo de baile fundamentalmente solaneros. Mención especial merecen los roles de Mari Pepa y Felipe, que atacaron con evidente desparpajo Petri Casado y Andrés Sevilla. Luis Romero de Ávila y Manuel Marcos se repartieron el papel de Cándido, mientras Dolores Camacho y Mari Ángeles Sánchez compartieron a Soledad. Gregorio Uriel encarnó al Señor Candelas y la nueva voz de la cantera, José Manuel León hizo de Atenodoro, entre otros personajes de relieve.

         El trabajo de piano de Marieli Blanco ha vuelto a resultar clave. Luis Romanos dirigió la orquesta profesional que dio vida una vez más a la celebérrima partitura de Chapí.