Aurelio Maroto

         Un litro. Eso es lo que ha caído durante la noche y madrugada de este jueves en La Solana. No es mucho, pero sí cambia la tónica que estaba siendo seco, aunque no más que otros. Llevábamos más de 70 días sin caer una gota. No llovía desde el 7 de junio (17 litros), pero la estadística demuestra que los tres meses de verano por excelencia: junio, julio y agosto, son casi siempre así de secos.

          Los datos de la última década nos dice que el verano de 2011 está siendo de lo más normal. La media de precipitaciones en estos tres meses se sitúa en 26,9 litros y hasta ayer llevamos 28. Por ejemplo, en 2001 cayeron 5 litros el 9 de junio y no volvió a llover hasta el 6 de septiembre. Es decir, casi tres meses consecutivos de sequía completa. En 2002 cayeron otros 5 litros el 6 de junio y hubo que esperar al 27 de agosto para encontrar una tromba de 20 litros más. El dato más llamativo lo da 2004, ya que el 12 de junio cayeron 6 litros y no volvió a llover hasta el 19 de octubre. Más de 4 meses sin caer una sola gota en un año que, sin embargo, no fue precisamente pobre en precipitaciones, habida cuenta que terminó con 452 litros.

         En el resto de años de esta primera década de siglo ha habido pocas diferencias. Junio ha sido un mes de alguna precipitación, pero julio ha sido totalmente seco, excepto 2008, que descargó 5 litros los días 14 y 15. En cualquier caso, la inmensa mayoría de aguaceros veraniegos han estado relacionados con fenómenos tormentosos, que deja cantidades dispares según qué zonas. Pero, a la luz de los datos, colegimos que el verano de 2001 está siendo de lo más normal en cuanto al clima se refiere en La Solana.