Aurelio Maroto

         Si todavía alguien tenía dudas, han quedado despejadas. Diego García-Abadillo no volverá a presentarse al cargo de alcalde La Solana. Minutos antes del pregón oficial de la Feria y Fiestas de Santiago y Santa Ana, Radio Horizonte le preguntó si ésta sería su última inauguración como primer edil. Su respuesta fue rotunda “sí, ha sido mi último corte de cinta y será mi último pregón como alcalde”.

         En realidad, no está anunciando nada nuevo. Como él mismo recordó “ya anuncié días antes de las últimas elecciones que serían las últimas”. En efecto, Diego García-Abadillo desveló sus intenciones en el mitin de cierre de la campaña electoral de 2007 y no al calor de los resultados posteriores, como algunos han querido sugerir. Y el transcurso de la legislatura ha alimentado algunas opiniones que dudaban de que García-Abadillo abandonara. Pero fue claro: “la palabra hay que mantenerla”.

         El alcalde, que ya dejó de ser secretario general de los socialistas solaneros a favor de Luis Díaz-Cacho, cree que es momento de entregar el testigo a otros “uno no puede hacerse tapón y el relevo generacional es necesario”. Aunque cree que ya habrá tiempo de hacer balance, considera que en sus doce años como alcalde “La Solana ha experimentado una modernización razonable”.

         A nivel personal, no tiene dudas de que “han sido los mejores años de mi vida”. Ser alcalde –añade- es algo único, aunque tenga muchos momentos de enorme preocupación y muchas noches sin dormir. Eso sí, acabó bromeando acerca de la responsabilidad que entraña un cargo así “cada solanero tendría que ser alcalde al menos una semana; entonces conocería los misterios dolorosos, y también los gloriosos, de ocupar de ese puesto”.