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         Aurelio Maroto

         Las enormes posibilidades que ofrece Internet también llegan al negocio del melón. El joven solanero Juan Carlos Rodríguez se ha lanzado a vender a través de la Red mediante su nueva empresa, “Hortofrutícola Carlitos”, nombre comercial que rinde homenaje a su primer hijo, que está a punto de nacer. Pues bien, Carlitos llegará al mundo con un melón bajo el brazo, nunca mejor dicho, y verá cómo su padre ha agudizado el ingenio para comercializar la popular fruta de temporada, que en esta comarca tiene una fuerte implantación y genera una actividad económica fundamental cada verano.

         La idea surgió hace algún tiempo. Juan Carlos se inspiró en varios amigos valencianos que venden naranjas a través de Internet. Entonces se preguntó ¿por qué no hacer lo mismo con el melón?. Pero los altos costes del transporte lo frenaron en un primer momento “los portes en venta directa te matan y aparté un poco la idea”. Sin embargo, el gusanillo seguía bullendo en su cabeza y ha terminado por aventurarse.

          La venta online es un mundo todavía poco explorado y que ofrece grandes posibilidades “con Internet encuentras un mercado que no imaginas”. En ese sentido, tiene claro que vender melones con un ordenador es una práctica relativamente virgen que permite encontrar nichos de mercado más diversos “tengo clientes al por menor en pueblos que no sabía ni que existían”. Y al extranjero, por ejemplo a Portugal, ya melones con el sello de “Hortofrutícola Carlitos”.

         El problema es el idioma “reconozco que no es fácil comunicarte con un portugués o un francés si no conoces el idioma”. Pero el correo electrónico funciona a pleno rendimiento gracias a los diccionarios. Al fin y al cabo, cuando se trata de vender, un buen empresario siempre acaba encontrando el modo de hacerlo.

La campaña está comenzando

         En cuanto a la campaña de este verano, todavía en fase incipiente, Juan Carlos Rodríguez tiene sentimientos ambivalentes “la cosecha se presenta bien en cuanto a precio pero regular en calidad”. Cree que hay melones que no deberían estar en el mercado por que se están cortando con demasiada flor. Aún así, es optimista, por ejemplo con la sandía “la exportación está tirando mucho de la sandía”.

         En cualquier caso, Juan Carlos Rodríguez es un defensor a ultranza del melón de La Mancha, cuya calidad y sabor califica de “inigualable”, a pesar de que la variedad piel de sapo pura tiende a desaparecer. El melón se está hibridando como consecuencia de ciertos productos que se añaden para evitar enfermedades. Pero niega que el melón híbrido sea peor que el piel de sapo tradicional “su calidad y sus propiedades como fruta son exactamente las mismas”.

         Otro tema es la Denominación de Origen. Según este joven empresario “las condiciones son muchas y no es fácil cumplirlas”. Como quiera que los compradores aún no exigen la etiqueta con DO, la mayor parte de los productores no se acogen a ella “excepto las gasolineras de Cepsa, nadie me ha exigido DO”.       

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