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  Eulalio Díaz-Cano pronuncia los tradicionales 'vivas' en la despedida a la patrona

          Paulino Sánchez

La patrona de La Solana retornó el lunes a su Castillo de Peñarroya, como es tradicional desde hace siglos, una vez celebrados los cultos de despedida, novenario, procesión de bajada al Humilladero y subida al altar. Todo se celebró con la vieja normalidad, aunque las mascarillas estuvieron presentes en todos los cultos y actos.

A mediodía del domingo se celebraba la función solemne de despedida, en la parroquia de Santa Catalina, templo de salía por la noche la procesión con la imagen hasta la ermita del HumilladeroPese al frío intenso de la noche la procesión comenzaba su recorrido encabezada por el estandarte de viaje, al que seguía la Banda Municipal de La Solana, que tanto a la salida de la patrona como a la llegada al Humilladero interpretó el himno de la Virgen.

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Directiva y capitana durante la procesión de bajada de la patrona al Humilladero

El desfile contó nuevamente con el baile de las banderas, que acompañan siempre a la Virgen en su recorrido por la población, continuando con el estandarte de gala y faroles que precedían a la capitana de este año, acompañada por componentes de la Junta Directiva que preside Rosa Sánchez, que desfilaron delante de la carroza de la Virgen, que vestía el manto rosa y estaba adornada con numerosas flores. Detrás marchaban los sacerdotes de las parroquias de Santa Catalina y San Juan Bautista de la Concepción, así como el alcalde Eulalio Díaz-Cano y concejales del Ayuntamiento.

Finalizado el traslado, la Virgen era colocada en el altar de la ermita del Humilladero, donde se rezó el rosario, permaneciendo abierto el templo hasta las doce de la noche, abriéndose de nuevo a las seis de la mañana, pues así lo decidía la directiva de la cofradía debido a la situación sanitaria.

En la mañana del lunes se rezaba el rosario y se oficiaba la misa, saliendo la Imagen de la ermita del Humilladero a las diez y media, acompañada de la Banda Municipal, autoridades, numerosos fieles y un grupo de caballistasUna vez que llegó al altar, situado junto a la plaza de toros, se cantaba el himno, el alcalde, Eulalio Díaz Cano, daba los 'vivas' a la Virgen y al Chatillo y cerraba el cochecillo de viaje al son del himno mariano. Posteriormente, se emprendía el camino del castillo, donde con el rezo del rosario por la tarde se despedía la cofradía de La Solana hasta el mes de septiembre, en cuyo segundo domingo volverá a La Solana.                         

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