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     Un momento de la presentación del acto celebrado en el auditorio Don Diego

            Aurelio Maroto

           El auditorio del Palacio Don Diego acogió este miércoles un espacio de reflexión bajo el título genérico ‘El poder de la mujer rural’. Era la puesta en escena final de un conjunto de actividades realizadas en los últimos meses, a la vez que un momento para la reivindicación del papel que ellas han tenido –y siguen teniendo- en la construcción de nuestros pueblos.

         Cerca de un centenar de mujeres se citaron en un acto que permitió visualizar el trabajo realizado en varios proyectos. En concreto, hay dos donde han participado vecinas de La Solana. Uno es el libro titulado ‘Invisibilizadas’, que reúne 160 testimonios de mujeres de 34 municipios ciudarrealeños que engloba a 56 asociaciones, de las cuales 5 solaneras. Además, de octubre de 2020 a marzo de 2021 se desarrolló un curso basado en la creación de nuevas narrativas sobre el significado de ser mujer y vivir en un pueblo. El proyecto final consistió en la pintura de cuatro murales urbanos que exhiben tareas ancestrales donde la mujer ha tenido un gran protagonismo. La solanera Ana Fernández ha montado el fanzine ‘No temo al qué dirán’, dedicado a esta experiencia, que también se pudo ver durante el acto junto al cortometraje ‘SOS cuidados’, elaborado en otro municipio.

Participación y creatividad

“Se trata de algo tan simple como dar a la mujer el reconocimiento que merece en la construcción de los pueblos y todos los logros que ha conseguido”, declaró a Radio Horizonte Irene Piedrabuena, presidenta de la Asociación ‘Mamachama’, organizadora de esta actividad junto al Centro de la Mujer del Ayuntamiento de La Solana. Ella y su compañero Saúl Sánchez se encargaron de conducir la actividad, que tuvo como prólogo unas palabras de la concejala de la Mujer, Remedios Romero de Ávila.

“Siempre que trabajamos en entornos rurales la participación es masiva; la creatividad y el potencial están en todas las personas, pero sobre todo en quienes no han tenido oportunidad de demostrarlo”, dijo la presidenta. “Aquí han podido pensar en trasmitir lo que sentían, plasmarlo y llevarlo al espacio público”.

Ciertamente, en La Solana han llamado la atención los murales pintados la pasada primavera en cuatro fachadas municipales. Lina Castellanos y Nati Andreoli, conocidas como Dúo Amazonas, vinieron exprofeso para plasmar esas ideas bajo el epígrafe ‘Arte en la calle’. “Nos alegramos que los murales hayan llamado tanto la atención porque la idea es que la narrativa no solo sea escrita, sino que se puedan hacer obras como estas gracias al diálogo con las mujeres que contaron sus experiencias”. Al fin y al cabo –añadía- “el objetivo final es contribuir a que las conversaciones cambien y podamos ver a gran formato que las mujeres han sido fuertes, que han sostenido los pueblos, sus economías y su cultura”.

Complicidad

En particular, Irene Piedrabuena puso el acento en la complicidad de las mujeres solaneras. “Ha sido una maravilla cómo se han implicado, con muchísimas ganas y constancia; durante los días que hicimos los murales se acercaron muchas vecinas a participar, como también asociaciones de mujeres, que para nosotras tiene un enorme valor”.

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