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La ciudad

Puerta Grande

Los triunfadores saliendo por la puerta grande                Foto: GACETA

Gabriel Jaime

Adrián Reinosa y Javier Camúñez salieron a hombros por la puerta grande en la novillada sin picadores celebrada en La Solana. Los jóvenes promesas cortaron dos orejas por coleta lidiando los erales más potables de la tarde. Sus compañeros de cartel, Diego Vázquez y José ‘El Candela’, tuvieron más dificultades con sendos mansos, especialmente el que inauguró plaza.

La empresa Romar Toros anunciaba un festejo, con motivo de la Semana de Exaltación a la patrona, y la presencia en el ruedo de cuatro jóvenes novilleros con proyección en el oficio. Póker de bisoños lidiadores con buenas maneras y llenos de ilusiones por cumplir en el complicado mundo de la tauromaquia. Debidamente desmonterados, al ser su primera comparecencia en la localidad, realizaron el paseíllo por el albero del coso solanero en una entretenida tarde en lo artístico, que dejó diversas sensaciones al poco público que poblaba los tendidos. La novillada fue de menos a más, dejando un regusto a los aficionados en tarde soleada y agradable.

El encierro de Víctor y Marín estuvo bien presentado, pero ofreció un juego desigual. Los erales ciudarrealeños tuvieron un comportamiento muy distinto, con dos mansotes y descastados astados lidiados al principio y otros dos más nobles y manejables que se corrieron en tercer y cuarto lugar. El orden de lidia y posterior sorteo, fue la clave del lucimiento. Unos apechugaron ante un ‘quiero y no puedo’ y otros se prestaron al arte del toreo siendo copartícipes del lucimiento de los espadas.

Pasaeíllo

Los jóvenes espadas saludan a la presidencia tras el paseíllo           Foto: GACETA

Abrió la tarde Diego Vázquez con suaves lances de capa que no llegaron a un público que comenzó algo frío. Porfió ante un novillo tosco y arisco que reculaba antes de acudir al engaño y echaba la cara arriba al final del embroque. El espada intentó someterlo por ambos pitones con una actitud muy voluntariosa y mucha quietud. La faena resulta deslucida porque el novillo, falto de raza, anduvo muy parado y siempre a la defensiva. No hubo mucha transmisión por el poco juego del animal, aunque el novillero dejó algunos destellos, aplomo y recursos en el toreo con la muleta. Recetó media estocada y otra entera caída, silenciándose su actuación.

José El Candela

Diego Vázquez apechugó con el peor novillo del encierro             Foto: GACETA

José 'El Candela' se mostró muy firme en su toreo, sabiendo estar y bien plantado en el ruedo. Lidió un novillo muy parado que no cesó de protestar durante su estancia en el redondel, especialmente tras ser banderilleado. En todo caso, el astado se prestó algo más que el anterior y el joven torero lo intentó por ambos pitones. Demostró templanza y cierto oficio cuando corrió bien la mano en algunos muletazos y se quedó a medias en varios circulares ante la escasa embestida de su oponente. Entró a matar con el alma y consiguió una estocada entera que le valió un apéndice.

Adrián Reinosa

Derechazo de José 'El Candela'                   Foto: GACETA

Adrián Reinosa estuvo muy torero y elegante desde el primer momento. Le costó coger los vuelos con el capote, pero finalmente lo encauzó en un airoso saludo. También se mostró muy serio y templado con la franela para sacar a su enemigo a los medios, donde consiguió tandas de bella factura. Conectó rápidamente con los tendidos porque el novillo tenía mucha clase y embestía con nobleza, exprimiéndolo al máximo. La raza del de Víctor y Marín permitió exhibir la finura y exquisitez del promesa ruidereño, trazando muletazos de gran plasticidad. Culminó con un pinchazo y estocada casi entera. El público pidió de forma unánime las dos orejas que el presidente otorgó sin dudarlo.

Diego Vázquez

Adrián Reinosa arrancando un pase de pecho                  Foto: GACETA

Cerraba cartel y plaza Javier Camúñez y con él llegó el toreo más intenso y profundo. Lidió el mejor novillo de la tarde. Un eral muy enrazado, noble y manejable que embestía de forma alegre y constante. El futuro maestro lo condujo con destreza y garbo, consiguiendo los muletazos más hondos y largos del festejo. Cuajó series muy completas al natural y en redondo, con trazos muy prolongados. Un toreo de mucho empaque, temple y verdad. Demostró muy buenas maneras, aunque quedó desarmado en varias ocasiones, desluciendo la compostura. Mató de pinchazo y estocada, cortando dos orejas de ley.

Javier Camuñez

Javier Camúñez ligando un derechazo            Foto: GACETA

El festejo fue de menos a más, desembocando en el triunfo incontestable de Adrián Reinosa y Javier Camúñez. Los dos salieron a hombros por la empinada puerta grande del coso de la calle Alhambra, mientras sus compañeros de cartel lo hacían ovacionados por la puerta de cuadrillas.

Banda de Música

La Banda Municipal, ofreció otro magnífico recital de pasodobles         Foto: GACETA

Musicalmente hablando, el festejo arrancó y concluyó con los compases del pasodoble ‘Puerta Grande’. La Banda Municipal de Música, dirigida por Ángel Sancho, amenizó las faenas y vueltas al ruedo con una cuidada selección de pasodobles taurinos como ‘Amparito Roca’, ‘La Entrada’, ‘Manolete’, ‘Ayamonte’ o ‘Nerva’, éste último muy vitoreado por los tendidos después de los solos de trompeta ejecutados magistralmente por Miguela Lérida.

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