Imagen panorámica del partido entre el FF La Solana y el Tenerife B                                           Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

         Hay una diferencia entre empatar y que te empaten, sobre todo cuando el partido expira y rescatar un punto tiene tanto peso en la clasificación. El Quesos La Casota-FF La Solana rescató este domingo un empate in-extremis que vale su peso en oro. Primero, porque el Tenerife B es un rival directo por la permanencia; segundo, porque las amarillas prolongan una racha de tres partidos invictas, en las que han sumado 7 de 9 puntos posibles; y tercero, porque Nerea marcó en el 86, cuando las tinerfeñas acariciaban la victoria.

          La forma de producirse el empate eclipsó el fondo. La Solana se midió a un adversario desacomplejado, con nervio en el manejo del balón y una enorme verticalidad. Un filial de toda regla. Tanto que mantuvo el control del juego durante buena parte del choque, sobre todo en la segunda parte, hasta que una maniobra táctica de David Peinado facilitó un cambio de timón. Por fortuna, ese punto de inflexión fue suficiente para que el acoso local en la recta final tuviera premio. Y faltó poco para convertir la pedrea en premio gordo si el zapatazo de Irene Honrado en el descuento no lo escupe el poste.

          Pero no hubiera sido justo. El empate se antoja el resultado más lógico si hablamos de méritos. Cristina Cañas estrelló un larguero en la primera parte y el FF La Solana tuvo más opciones, aunque en el contexto de un juego insulso y poco vistoso. En la reanudación, las chicharreras se estiraron, marcaron el 0-1 y fueron mejores con el balón en los pies. De hecho, hasta poco antes del gol no hubo noticias locales en ataque. Las salidas de Irene Honrado y Nerea dieron más profundidad al juego amarillo, mejorando el balance ofensivo en acciones dinámicas y encontrando grietas hasta ese momento inéditas en la defensa tinerfeña. En una de esas penetraciones llegó el empate, que pudo tener su colofón en un cabezazo franco de Gabrielle y, sobre todo, en un misil de Irene al palo largo que repelió el poste.

El encuentro fue muy disputado y el empate fue el resultado más justo                                    Foto: GACETA 

         El empate sirve, sin duda, ya que la Liga Reto es un camino de hormiguita donde cada punto es un crisol. La forma de lograrlo amplificó la alegría y David Peinado no ocultaba su importancia. “Claro que es muy importante porque sumamos un punto más y mantenemos al rival lejos”. “Estamos en una línea ascendente y hay que seguir sumando”.

           Su mayor lamento tenía que ver con la ausencia de público en las gradas. Es triste ver La Moheda vacía y el míster cree que pudo ser decisivo, sobre todo en la recta final del choque. “Con la afición apoyando habríamos embotellado aún más al equipo contrario en los últimos minutos y quizás hubiéramos ganado el partido”.