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Pepe Berja se quejó de la actuación arbitral

Pepe Berja se encaró con el árbitro al término del partido                                                            Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

        Si le hubieran pinchado, no le habrían encontrado la sangre. Pepe Berja, conocido por su sangre caliente cuando se sienta en un banquillo, era un volcán al término del partido de Copa Diputación contra elAlmagro (0-1). Cargaba contra el árbitro, que acabó expulsándole, pero su interior le decía que no solo Marchante Flores había sido el ‘culpable’. Su equipo, taciturno y e incapaz, había recetado una noche decepcionante. La derrota, se mire por donde se mire, fue merecida. Incluso corta.

          La Solana fue una caricatura en una Moheda desangelada. Y eso que metió todo su arsenal, con un once tipo que solo echaba de menos, si acaso, a Diego Sevilla. El míster quería la final y la directiva tenía ilusión por pelear el título provincial, con la inyección económica añadida. Además, las cámaras de la televisión local, Canal 2000, retransmitían el choque en directo. Fueron circunstancias extras que solo amplificaron el desastre. Porque La Solana fue un desastre.

           Valga como dato que los amarillos no tiraron entre los tres palos durante 93 minutos, convirtiendo a Waly en un portero de cera. Resumir un partido así es simple. Desde el principio, los locales se enfangaron en un juego espeso, sin control del juego ni profundidad. Un mal Pirri condicionó la producción de fútbol amarilla, que tampoco encontró la luz de Raúl, desaparecido toda la noche. El Almagro se limitó a posicionarse con orden en su bloque bajo, dejando toneladas de hierba. Pero La Solana no sabe jugarle a un rival cerrado. Carece de fútbol posicional para madurar las jugadas.

Anoche, las pérdidas eran constantes en la triangulación, como alevines en el patio de su cole. La demostración de tamaño atasco es que Juli, un central, abría constantemente en largo sobre la carrera del extremo. El equipo no daba para más. Atrás, abundaron las imprecisiones, empezando por los nerviosos pies de Fran Ucendo. Arriba, Vicente no existió, Cabriti hacía la guerra por su cuenta y Meshack fue superado en cada duelo, en carrera y de espaldas.

       Además, el Almagro superó a La Solana en cada balón dividido y remataba de cabeza casi todo lo que llegaba al área desde lo alto. Ahí sí apareció el mejor Ucendo, que evitó un roto mayor con par de paradas de mérito, sobre todo una manopla imposible en un testarazo de Javi Heranz.

         Es cierto que el penalti al filo del descanso fue muy discutido. Tal vez se columpió el trencilla. Pero limitar la derrota a ese lance es, como mínimo, barato. El CF La Solana debe mejorar, y mucho, si quiere tener opciones en la liga.

 

Alineación de La Solana ante el Almagro

 

Once titular del partido de este jueves contra el Almagro                                                      Foto: GACETA

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