Alberto Obregón conduce un balón en el partido contra el Polígono Toledo                Foto: GACETA

            Aurelio Maroto

        La puesta en escena liguera del Frutas Doña Ramoncita-CB La Solana está siendo prometedora. Dos partidos, dos victorias. La última en Albacete frente al siempre incómodo UCA (86-93). Un arranque nada malo para un equipo que intenta adaptarse a unas circunstancias poco comunes y bastante incómodas, sobre para un grupo de jugadores con hambre de pista, acostumbrado a competir un sábado sí y otro también. Eso de jugar cada quince días es un obstáculo, sin duda.

        Pero los rodamientos parecen engrasados. El triunfo del domingo se basó en el juego coral ante un adversario con buenas individualidades. “Ganó el trabajo en equipo”, ha declarado a Radio Horizonte Alberto Obregón. El base amarillo, a la sazón presidente del club, se erigió en protagonista como máximo artillero del partido. Condujo a los suyos con maestría y sus 27 puntos ayudaron a cuajar una victoria trabajada. “Fue un partido muy igualado y con mucho acierto en los aros”, dice. Un partido vibrante y lleno de alternativas donde el CB La Solana fue dominando el electrónica con pequeñas rentas. “Es una lástima que no hubiera público, porque hubiera disfrutado”.

        Es muy pronto para hacer valoraciones importantes, pero la realidad se impone. Los de Vitu ya lideran la clasificación junto al Cabezuelo-CB Socuéllamos, que vuelve a partir como gran favorito al ascenso. Alberto Obregón evita hablar de objetivos más allá del día a día. Sin obviar que en la intimidad de ese vestuario hay grandes sueños, el mantra de puertas afuera es que nada ha cambiado respecto a temporadas precedentes. “En lo único que pensamos es en mejorar y seguir creciendo como equipo, con la misma filosofía de siempre".

     Solo así, mezclando en el crisol grandes dosis de humildad y energía, se alcanzan metas imposibles. Este equipo sigue bebiendo de este cóctel, y así es la forma en que enamora como arquetipo del trabajo de cantera más genuino. Es su única receta para continuar subiendo escalones.