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Pista-1

Línea de salida de la recta de 100 metros lisos                                                                    Foto: GACETA

             Aurelio Maroto

Ha sobrado ilusión y ha faltado interés. También recursos, pero sobre todo interés. Es imposible justificar que La Solana, cuna de grandes ‘corredores’, haya tardado 40 años en tener una pista de atletismo, si tomamos el año 1980 como punto de partida. Aquella feria ganó, contra pronóstico, un tal Antonio Serrano, por entonces alumno aventajado de los primeros clásicos: Julián Delgado, Joaquín Velasco, Fernando del Rey, Pedro González…

El tiempo ha pasado rápido, salpicado por mojones de épica. Los éxitos de Serrano dejaron años de opulencia en el orgullo de los solaneros. Menos sonados, tuvimos los logros de Tomás Ruíz-Orejón en la marcha. Más tarde, llegarían las peripecias de Pedro Antonio Santos-Olmo (plata nacional en media maratón), de Pedro Julián Moreno (bronce nacional en 1.500 promesa) o de Ignacio Díaz-Cano (oro nacional de 1.500 junior en pista indoor).

Pero es ahora, con la irrupción en tromba de 3 mujeres velocistas (Paula Sevilla, Hermi Parra y Aroha Maeso), cuando el atletismo solanero ha renovado votos, demostrando una perseverancia en el tiempo y una versatilidad tan admirables como de difícil comprensión. Haría falta un sesudo TFG que analizara, y explicara, por qué La Solana es al atletismo lo que Rosario (Argentina) es al fútbol.

Pista-2

La nueva pista dará un salto de calidad a la Ciudad Deportiva 'La Moheda'                         Foto: GACETA

La nueva infraestructura pudo construirse antes, sin duda. Por ejemplo, hace una década, cuando el discutido ‘Plan E’ parió una discutida ‘Ciudad Deportiva’. Discutida, no por hacerse, sino por cómo se hizo, y por lo que se pudo hacer y no se hizo. La realidad es que La Solana ya tiene su ansiada pista.

El debate, llegados a este punto, no es si debiera haber tenido 400 metros (no 300) y 8 calles (no 4). Probablemente no sea necesaria tanta ortodoxia, como reconocen algunos de esos clásicos del añorado CAP. El mismo Jardi, icono del atletismo local, nunca reivindicó ese proyecto de máximos. Lo importante es que, por fin, el tartán se ha posado sobre suelo solanero, gracias a mucha imaginación y no poca creatividad, habida cuenta de la estrechez presupuestaria. Así que muy pronto niños y mayores, populares y élites, federados y aficionados… Todos podrán practicar y disfrutar. Luego vendrán, imaginamos (y deseamos), las mejoras en materia de accesibilidad, seguridad y estética, para completar un entorno que, ahora sí, comienza a tener aroma de auténtica Ciudad Deportiva.

Queda pendiente el prurito de una inauguración a la altura. Será un día singular, lleno de recuerdos de hazañas pretéritas, y no tan pretéritas. Lleno de emociones. Y lleno de estrellas, pasadas y presentes. La Solana no necesita alquilarlas para la ocasión. Las tiene. A tal historia, tal honor.

Pista-7                            Aspecto de la pista desde una de las curvas                                                              Foto: GACETA

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