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FF David y Gabrielle

David Peinado y Gabrielle Ngaska en los estudios de Radio Horizonte                                     Foto: GACETA

            Aurelio Maroto

         Minuto 68 y 31 segundos. Ni más, ni menos. En ese instante, el balón traspasa la línea de gol. La línea entre la decepción y la gloria, entre el olvido y la inmortalidad… Fue Gabrielle Leonie Ngaska (Ntouessong, Camerún, 1988) la última portadora de la antorcha del éxito, que alcanzó el pebetero escoltada por una cohorte de pretorianas. Todas hicieron camino. Todas empujaron. De todas es la epopeya. “Era tanta la confianza que tenía tras la última charla, que cuando las vi calentar me entró una tranquilidad pasmosa”. Son palabras de David Peinado, impávido tras el pitido final. La procesión iba por dentro, claro.

 Gabrielle, todavía en una nube, relata en Radio Horizonte la jugada del gol. “Peiné hacia atrás, la cogió Irene y me fui corriendo al punto de penalti”. “La clave es estar siempre ahí”. Revela que Irene, tras su maravillosa maniobra, alzó la cabeza y clavó sus ojos en ella. “Me miró y le hice el gesto de pasármela”. Dicho y hecho, centro enroscado con la zurda, a pierna cambiada, tan rápido como preciso. “Mi primera idea fue controlarla y ponerla al suelo”. Para qué esperar. Fabricó un remate de primera, de una gran complicación técnica, sin tocar el césped, y aunque sin gran potencia, la trayectoria hacia afuera hizo imposible la estirada de Yanira. “Pensé que llegaba…”. Décimas de segundo eternas.

 Como eternos fueron los 28 minutos restantes, prolongación incluida. Nadie dijo que fuera fácil. Hasta la última falta lateral, justo ante del pitido final. Un suplicio más mental que futbolístico. “Sabía que ahí no nos harían daño; hubiera sido peor un córner”, afirma David. Pero acabó siendo el último mal trago antes del verdadero grial.

Su gol más importante

Gabrielle, curtida en mil batallas, sí dio rienda suelta a su júbilo. Como una niña entre otras niñas, que casi lo son todavía ¿El gol más importante de su carrera? “Sí, por lo que significa”, admite. Y lo dice alguien que ha vestido la camiseta de Camerún, que ha jugado en estadios gigantescos y ha vivido grandes torneos internacionales. Más calmada, atendió a la prensa para insistir en su dedicatoria a todo un pueblo. “La Solana me ha dado mucho, tanto en mi vida personal como deportiva”. “La gente siempre ha estado ahí, apoyándome, por eso pensé primero en ellos”. “Me siento una solanera más”. Una ‘galana’ más, desde luego.

Mientras, en su Camerún natal, la universalidad de YouTube también unió emociones en tiempo real. Su madre, felizmente recuperada tras una enfermedad, y el resto de su familia vivieron y sintieron, lloraron y rieron. Como su amiga Lettice, para la que tuvo una dedicatoria especial.

David, el hombre que apostó por ella hace tres temporadas, también está feliz por ella. “Muchas veces hemos hablado que tendríamos un día importante, y fue el domingo pasado”. “Lo que hemos hecho por ella lo hemos hecho de corazón y ha sido una correspondencia mutua”. Por cierto, su continuidad como estilete amarillo no estaba en duda. Gabrielle había renovado antes del play-off.

La rebelión de la cenicienta

Intentando abrir el angular, todavía caliente, de la final del domingo, el míster lo tiene bastante claro. “La clave ha sido saber muy bien nuestro oficio”. Sagaz, entró en el juego del ratón y el gato incluso antes de conocer al rival. Se sentía a gusto con el papel de ‘cenicienta’, teniendo en cuenta que La Solana era la ciudad de menor rango poblacional de los ocho equipos en liza. “Es mejor que se confíen”, susurraba a su entorno. Cuando cayó en suerte el Unión Viera, se apresuró en deshacerse en elogios hacia el fútbol canario, asumiendo con gusto cierta fama de practicar el catenaccio. “Todos nos tachaban de ser un equipo defensivo, que hacíamos pocos goles pero los rentabilizábamos mucho, y el otro equipo [Unión viera] lo sabía”. “Eso nos daba mucha tranquilidad”.

Preparadas

Al término del partido, la sala de prensa de Las Rozas escenificó el nuevo rol que el club acababa de alcanzar. “La marca FF La Solana se revalorizó ese día de forma increíble y la vida de las jugadoras va a cambiar”. Sin embargo, no se refería sólo al ámbito crematístico. “Me refería a que tendrán que entrenar más, viajarán a campos importantes y tendrán a muchos medios de comunicación detrás”. Es decir, ganarán mucha visibilidad. Pero también les cambiará su vida deportiva. “Ya no valdrá con venir un día o dos a entrenar, ahora serán cuatro o cinco”. Liga Reto Iberdrola será, ya es, la puerta de entrada al profesionalismo. Otro mundo.

En este sentido, llama la atención con la seguridad que habla cuando le preguntan si el FF La Solana está preparado para el desafío. “Por supuesto, si ya teníamos la base atada, imagínate ahora; todos se subirán a nuestro carro para ayudarnos”. “Estábamos en la pista de despegue y con este ascenso el avión ha recogido ruedas y ya está en el aire”.

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