Celebración del ascenso al término del partido                     

          Aurelio Maroto

Ha sido necesario esperar 2.260 días, pero ha merecido la pena. Lejano queda aquel 18 de mayo de 2014, cuando el FF La Solana se midió al CD Santa Teresa (Badajoz) en una histórica promoción a Superliga Femenina, la actual Primera División. El resultado fue 1-2 a favor de las pacenses y Marian, una de las supervivientes de aquella hazaña, marcó, de cabeza, el gol amarillo ante más de 700 almas reunidas en La Moheda. Fue imposible remontar en la vuelta ante un rival superior.

Seis temporadas después, la justicia poética del fútbol, que en realidad es un cuento de hadas, tenía guardada una sana revancha. Y para más inri, un 26 de julio, día de la abuelica Santa Ana, copatrona de la feria y fiestas de La Solana, huérfana de tiovivos en este antipático verano. El caso es que, a 200 kilómetros, un grupo de gladiadoras amarillas hicieron feliz a todo un pueblo, que vivió en vilo durante dos interminables horas.

Esta vez, el Quesos La Casota-FF La Solana no erró el disparo. El play-off exprés determinó enfrentarse al Unión Viera canario, que vendió cara su derrota. Pero la tropa de David Peinado, metódico hasta la extenuación en la preparación del choque, supo interpretar lo plasmado en la pizarra. Sus jugadoras fueron más expresivas, arriesgaron más y mantuvieron un ritmo de presión brutal durante todo el partido. Las insulares, más timoratas, apenas inquietaron la portería de Norma.

Aunque en el fútbol nada es normal, lo normal era que pasara lo que pasó. La Solana salió enchufada y pronto puso cerco a la portería de Yanira. Había sensación de dominio con Marian reinando en la medular, mientras Andrea y Gabrielle no paraban de hacer rupturas. El Unión Viera se fue desperezando y tuvo sus mejores minutos antes del descanso, aunque la defensa solanera no permitió grietas.

Quién más lo buscó

En la reanudación, las amarillas salieron aún más fuertes. Paula, la gran pegadora, tuvo el primero muy pronto, pero su zapatazo desde la frontal lo sacó Yanira con una gran intervención. Poco después, una falta lateral, botada también por Paula, se iría tras la escuadra izquierda. La Solana apretaba fuerte, aunque el esfuerzo tenía consecuencias. Andrea Rincón, exhausta tras correr un maratón, dejó su puesto a Irene Honrado, la gran ‘tapada’. Acabó siendo un punto de inflexión.

En seguida llega el minuto mágico, el 68. Un fuera de juego deja el balón parado junto a la media luna del área. Norma ni siquiera recoloca el esférico. Le pega directamente, al corazón del campo. Salta Marian, el balón avanza, Gabrielle protege, peina atrás y aparece Irene, que inicia su particular obra de arte. La daimieleña hace un primer control orientado con el pecho, otro con su pierna derecha, y conduce mientras se protege de la presión de una jugadora rival. Un toque, dos, tres, una pisada, giro brusco con el interior, media vuelta para encarar y centro enroscado con la zurda, a pierna cambiada… Gabrielle, que seguía la jugada, astuta, se coló entre las centrales y recibió el regalo en el mismo punto de penalti. La camerunesa engatilló de primera, raso, y el cuero se fue alejando de la manopla de Yanira, camino de la red. Minuto 68 y 31 segundos, el balón traspasa la línea. Gol no, golazo. Ngaska para la eternidad.

Las jugadoras se abrazan tras el gol de Gabrielle

Los veinte minutos que quedaban, más siete de prolongación, fueron un querer y no poder de las canarias, caldo de cultivo perfecto para buscar la sentencia. Pudo llegar, sobre todo en un robo de Paula. En la última jugada, Norma se anticipó a un balón envenenado… Pero ya nada cambió. El árbitro acabó pitando el final. Sonido celestial. Es fácil entender el júbilo del momento. Hasta el alcalde, Luis Díaz-Cacho, se saltó el férreo control de seguridad. Podía más el corazón. La noche fue larga. Los parabienes también lo están siendo, y lo serán en los próximos días. Habrá tiempo de pensar en el reto de Reto. Ahí es nada. Felicidades, heroínas. Ya sois inmortales.