Un momento del concierto de la Banda Municipal en la plaza                                             Foto: GACETA

               Aurelio Maroto

            El concierto ofrecido por la Banda Municipal de Música el día de Santiago, patrón de La Solana, fue un ejemplo más de la reinvención obligada para adaptarse a la llamada ‘nueva normalidad’. Por primera vez, la agrupación ofreció un recital el 25 de julio sobre los mismos cantos rodados de la Plaza Mayor, aprovechando su amplitud, que permitía guardar la necesaria distancia de seguridad. Y todo, ante una plaza repleta de gente en las terrazas hosteleras de alrededor.

            El director musical, Ángel Sancho, diseñó un programa con dos partes bien marcadas. Por un lado, una selección de cuatro pasodobles para arrancar y cerrar la actuación, que comenzó con ‘Ateneo musical’ y ‘Casildo’, y terminó con ‘Recuerdo a casas’ y ‘Camino de rosas’. El resto se dedicó a conocidas bandas sonoras de películas, entre ellas ‘Memorias de África’, ‘La vida es bella’ o ‘Pretty Woman’. Gabriel Jaime, saxofonista de la banda, se encargó de ir presentando cada una de las piezas.

       La banda únicamente había completado dos ensayos previos, ambos en la plaza de toros, y se adaptó lo mejor que pudo a las circunstancias del lugar, ayudándose de varios micrófonos que amplificaban el sonido. Era la única forma de llegar un poco mejor a un público que se repartía por las terrazas y entre un runrún imposible de atemperar en esas circunstancias.

          Los ejecutantes hicieron un esfuerzo por organizar sus partituras de modo que movieran la menor cantidad de papel posible, adaptando las interpretaciones.