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Cementerio La Solana este lunes 30 de marzo

Imagen del cementerio de La Solana este lunes, 30 de marzo                                                                    Foto: GACETA

          Aurelio Maroto

El azote del Covid-19 crece en nuestros pueblos, también en La Solana. A falta de datos oficiales en la localidad, al menos que se sepan, la estadística más lindante la proporcionan los servicios funerarios, cuyos traslados directamente al cementerio se están multiplicando en los últimos días y permiten una aproximación a la realidad de la pandemia en cuanto a letalidad. La empresa Nuestra Señora de Atocha, que gestiona el principal tanatorio de La Solana, elevaba este lunes el número de inhumaciones a 30, según ha declarado a Radio Horizonte Juan Guzmán, responsable de la compañía en la localidad. Eso sí, conviene tomar esta cifra con mucha precaución. “En la causa de defunción se pone coronavirus o probable coronavirus”. Es decir, no todos los fallecidos tienen la garantía legal de haber muerto por el virus, pero sí con síntomas compatibles. “Pero el tratamiento es igual a efectos del tipo de entierro”, señala.

            Si tenemos en cuenta que La Solana tiene 15.500 habitantes, lo que supone el 3,5% de la población de la provincia, esos 30 fallecidos por Covid-19 supondrían el 17% del total, de acuerdo con las cifras oficiales hechas públicas este lunes. Naturalmente, La Solana no tiene por sí sola ese porcentaje, ni siquiera se encuentra entre los municipios más afectados. La explicación es que sólo entrarían en el registro oficial los casos confirmados, no los posibles. Contando con que algunos traslados vienen de fuera. En una palabra, lo más probable es que el número real de fallecidos por coronavirus sea mayor, en La Solana y en el resto de municipios, igual que sucedería con el número real de contagiados.

‘En beneficio de todos’

            En cualquier caso, el tanatorio de La Solana ha sido uno de los últimos en cerrar. Se queda como morgue, tanto para fallecidos por coronavirus como por otras causas. La única diferencia es que los afectados por el virus irán directamente al cementerio en horario de apertura del camposanto o permanecerán en el tanatorio hasta su apertura al día siguiente.

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Juan Guzmán admite la dureza de esta medida para las familias, pero cree que es lo mejor dadas las circunstancias. “El único objetivo de esta decisión es que no se acumule gente”. “Los tanatorios reúnen un cúmulo de emociones que hace que la gente se abrace, se bese y hay que evitar todo eso”. Dentro de la desgracia, la mejor noticia es que las familias están entendiendo la situación. “Saben que esto va en beneficio de todos, aunque es muy triste no poder despedirte de un ser querido, sobre todo los fallecidos por coronavirus porque ni siquiera lo pueden ver”.

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