Katiuska, un clásico de Sorozábal bien ejecutado por Musiarte
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Publicado: 23 Octubre 2016
Guillermo Orozco interpreta 'Es delicada flor' durante Katiuska Foto: GACETA
Aurelio Maroto
‘Katiuska, la mujer rusa’ es una de las obras cumbre del maestro Sorozábal, que este sábado puso en escena Musiarte Producciones dentro de la 33ª Semana de la Zarzuela. Fue en sesión doble, con mucho en el auditorio ‘Tomás Barrera’ en ambas.
El público disfrutó con la puesta en escena de una zarzuela con marchamo de opereta, inspirada en la Rusia revolucionaria. La partitura de Sorozábal es deliciosa, como siempre, y tanto la música como la ambientación se identifican en seguida con la tradicional atmósfera rusa. Se ve nada más arrancar el preludio, con el ‘Todo es camino’ a coro y las mujeres ucranianas bien abrigadas en su huÃda de la Revolución. En seguida aparece uno de los personajes principales, Pedro Stakoff, interpretado por el barÃtono Fran GarcÃa. Buen trabajo del solista como comisario bolchevique, que cantó sentado su romanza de salida, ‘Calor de nido’. Junto a él escuchaba Olga, rol de tiple cómica que atacó Alicia Montesquiú.
Siempre dentro de la posada, llega el coronel zarista Bruno Brunovich, papel para bajo que desempeñó con soltura el veterano barÃtono y actor Adolfo Pastor. Pronto se echó al público en el bolsillo con la marcha ‘Cosacos de Kazán’, junto a Boni (Nacho Muñoz) y Olga. La entrada del comerciante leridano Amadeo Pich, interpretado por otro clásico, Alberto Perdiguero, subió los momentos de hilaridad, sobre todo cuando porfÃa con el coronel por una vieja deuda económica.
El listado de roles principales se completa cuando llegan El PrÃncipe (Guilermo Orozco) y Katiuska (Elena Rey), apresados por los soldados del soviet. El solista onubense, muy conocido en La Solana, fue tenor durante años y reconvertido después a barÃtono, aunque el sábado cantó este papel para tenor. Destacan la romanza de él, ‘Es delicada flor’ y la de ella, ‘VivÃa sola’. El primer acto finaliza con la bella romanza para barÃtono ‘La mujer rusa’, y el concertante final.
Un momento del preludio de la obra Foto: GACETA
El segundo acto siempre fue a remolque del primero, aunque no por ello deja de tener momentos de gran lucidez, lÃrica y dramática. La trama se desenreda entre pasajes tan célebres como la romanza de Katiuska, ‘Noche hermosa’, el cuarteto cómico ‘Rusa, rusita’, y por supuesto el dúo de protagonistas ‘Somos dos barcas’, entre Katiuska y su amado comisario rojo.
En el foso, buen trabajo una vez más de la orquesta dirigida por el maestro Luis Romanos, que en algún momento aprovechó para sacar fotos de la representación con su propio móvil, como un fan más.
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