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Copia de Casa Quirós-9

Un momento del estreno de La casa de Quirós                                                                                                                                                         Foto: GACETA

                Aurelio Maroto

            Arniches nunca defrauda, sobre todo cuando los actores que encarnan sus papeles se lo trabajan a la hora de escenificar. Fue el caso de ‘La casa de Quirós’, una de las muchas exhibiciones creativas del célebre comediógrafo alicantino, que llevó a escena el grupo de teatro de la ACAZ (Asociación Amigos de la Zarzuela), con éxito. La actividad se encuadraba en la 33ª Semana Nacional de Zarzuela.

            Los cuatrocientos espectadores que se citaron en el Tomás Barrera llegaron con ganas de divertirse, y a fe que lo lograron. La docena de intérpretes que salen a escena supieron dar vida a una trama recurrente, donde un noble caduco y arruinado, pero henchido de orgullo rancio y mucha soberbia, intenta dominar a la plebe al más puro estilo feudal. Es ‘don Gil de Quirós’, papel encarnado por Ramón López. Tiene una hija, ‘Sol’, prendada de un joven sin el linaje de ella, rol que interpreta Ramona Romero de Ávila. Ese joven es ‘Casimiro Pérez’, que ejecuta Antonio José García-Catalán, un apuesto mozo cuyo padre, ‘Valeriano’, que interpreta Gregorio Uriel, no tiene abolengo noble, pero sí el bolsillo repleto.

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  Lucio y Librada conversan en un pasaje de la representación                                           Foto: GACETA    

              Es un típico libreto donde emerge la diferencia de clases y el amor como cañón para derribar ese muro. En la trama aparece otra pléyade amplia de personajes, cada cual con un cometido bien definido. Ellos son doña Cástula (Cándida Fernández), Librada (Carmen Naranjo), Modesta (Pilar Cano, don Dalmacio (Julián García-Cervigón), Lucio (Diego Gómez-Pimpollo), don Benigno (Vicente González Horcajo), Sabiniano (Luis Romero de Ávila) y Quintina (Paqui González Horcajo). Todo supervisado por Luis Romero en la dirección escénica y con la ayuda de Pedro José Simón en la iluminación.

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Otra escena de la obra                                                                                                                                                                               Foto: GACETA

            Minutos antes del estreno, dos de los actores explicaban sus sensaciones. “Siempre hay nervios cuando se abre el telón y ves el patio de butacas lleno, pero luego te tranquilizas y te centras en disfrutar de tu papel”, decía Gregorio Uriel, un veterano de las tablas. “Es una obra mucho más cómica que otras”. Hay actores que otros años han hecho papeles serios y este año tienen un cometido plenamente cómico, caso de Diego Gómez-Pimpollo como ‘Lucio’. Un debutante es Antonio José García-Catalán. “Disfrutamos porque en todo momento te estás riendo, desde el comienzo hasta el final”. “Es una obra fácil de interpretar porque te metes en seguida en ella y es como si te estuviera pasando de verdad”.

            Está previsto que la obra será repetida el mes que viene con ocasión de la V Muestra de Teatro ‘Campo de Montiel’.

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