El FF La Solana salta al campo en el partido contra el Guadalajara                                                                                                                                 Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

El FF La Solana lo deja todo para la vuelta. La ida de semifinales de Copa Cervantes acabó con un insulso 0-0 ante un aguerrido Dínamo Guadalajara, que se afanó en no dejar espacios y arrancó un valioso empate en La Moheda.

            Faltó pegada y sobró respeto. Ambos equipos se conocen bien de la liga y la rivalidad es grande. Ninguno quería arriesgar más de la cuenta y el resultado final se veía venir. Es cierto que La Solana apretó más y dominó la ronda de pases en muchas fases del encuentro, pero sin profundidad. Noé Morales fue un islote solitario arriba. La ex del Rayo Vallecano anduvo muy desasistida y el balón vivió muy lejos de su zona de caza. El equipo notó mucho alguna compañera de viaje arriba, por ejemplo Irene Ruiz o Mayte, pero una está lesionada y la otra tenía permiso por razones personales.

            Lo mejor volvió a estar atrás. La zaga amarilla es una roca hasta la fecha, con sólo un gol recibido en toda la pretemporada. Yoli apenas tuvo trabajo bajo palos y pasó una plácida tarde de verano ante la falta de presencia arriba de las alcarreñas.

            Al margen de lo que pueda suceder el jueves que viene en Guadalajara, y cuyo desenlace no quita el sueño al cuerpo técnico, la plantilla va cogiendo ritmo. Los nuevos fichajes comienzan a solidificar su peso en el equipo y la maquinaria se va engrasando. Así opina la entrenadora, Irene Ferreras, muy satisfecha el estado de forma en que llegarán para el inicio de la liga. “Hemos trabajado bien en la pretemporada y hace que lleguemos bien, físicamente y con progreso táctico. El equipo está preparado”.