Ángel Simón y Domingo Eíriz preparados para cortar jamón en la plaza                                                  Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            La Casota Gourmet continúa con sus degustaciones periódicas de productos delicatesen. Esta vez fue Jamones Eíriz, una de las firmas de productos ibéricos más reconocidas de España, la que ofreció su jamón de bellota junto a vino Los Galanes, de la cooperativa Santa Catalina. Un maridaje perfecto que reunió a mucho público durante la tarde-noche de este jueves. Una ración de jamón ibérico y una botella de vino por 10 euros no es un precio fácil de encontrar, por supuesto.

            El cortador oficial de La Casota, Ángel Simón, no dio abasto a preparar platos ayudado por Domingo Eíriz, gerente de la empresa andaluza. Minutos antes de comenzar la degustación, Eíriz explicó las bondades de su jamón, un manjar rociado de premios a nivel nacional e internacional. “Todo lo que matamos es en bellota, con curado natural a ventanas abiertas, sin secaderos artificiales”. Así se hace un jamón Eíriz, en plena Sierra de Aracena, declarada Reserva de la Biosfera.

            La raza de cerdo ibérico puro que trabajan tiene como premisa una buena alimentación y una elaboración completamente artesana. Además, envían sus productos según el clima de cada lugar, “no es lo mismo un jamón en Barcelona que en La Solana; la humedad es distinta”. A partir de ahí, un jamón “Eíriz” se degusta con los cinco sentidos, a ser posible con vino blanco. “Prefiero el vino blanco al tinto por una razón muy simple, no tiene taninos y limpia el paladar. Así saboreas la segunda loncha como la primera”. En este sentido, admitió que el vino joven Los Galanes era ideal.

            La empresa, ubicada en el pequeño pueblo de Corteconcepción (600 habitantes), en la sierra onubense, exporta el 35% de su procucción a Europa, Hong Kong y Australia. Pronto saldrán a México y Japón. Aunque el precio medio de un jamón ronda los 40 euros el kilo, afirma que los precios que La Casota maneja en su tienda y cafetería son “los más bajos de España”. “Es un capricho de José [Araque] para que la gente de su pueblo pruebe este manjar a un buen precio”.