Momento de la convivencia con los voluntarios del Club de Ocio Reto                       Foto: GACETA

   Paulino Sánchez

   La segunda de las jornadas de la XXVIII Semana de la capacidad se inició con una convivencia entre los usuarios del Centro Ocupacional Virgen de Peñarroya y alumnos de diferentes centros educativos de la localidad, continuó con un café tertulia entre los voluntarios del Club de Ocio Reto y finalizó con una sesión de baile, seguida de una merienda con las familias de los usuarios.

   La directora del Centro Paqui Rivera y uno de los monitores, Vicente Sánchez señalaban que la novedad de la segunda jornada fue el café coloquio para compartir experiencias entre los componentes del Club Reto, señalando que era una oportunidad para que los voluntarios pudieran reunirse e intercambiar experiencias para enriquecerse.

   Aunque el número de componentes era de 32, la hora de la reunión que fue como primera de la tarde, se reunieron aproximadamente la mitad al ser en horario laboral para algunos de los componentes del club. Rivera destacaba que era la primera vez que contaban con esa actividad, porque los organizadores de la semana deseaban que el voluntariado participe más en la semana.

   Sobre la convivencia realizada con los alumnos de los colegios indicaba Paqui Rivera que los niños cada vez acudían a la misma con más ganas, añadiendo que algunos no saben a lo que van, pero cuando termina el encuentro salen muy contentos, siendo una experiencia muy interesante para todos los que acuden.

La jornada se cerró a ritmo de baile    Foto: GACETA

 

La última parte de la jornada comenzó con un baile en el patio del Centro Ocupacional. En una tarde casi veraniega, era Ana María García de Dionisio Palacios la monitoria que dirigía un baile en el que participaron usuarios, monitores, familiares, voluntarios del Club Reto y otras personas que quisieron unirse, con música elegida por los propios alumnos, en las que bailaron con ritmos actuales, que según la monitora se hizo con una coreografía sencilla, para que disfrutaran en ese rato de baile, con movimientos sencillos.

   Concluida la sesión de baile se iniciaba una convivencia y merienda, para la que los familiares de los usuarios participaron con numerosas viandas que habían preparado en sus domicilios.