Naranjo y Sancho -en ambos extremos- son dos pilares en este equipo                              Foto: Sebas Candelas

                    Aurelio Maroto

            Particularizar en alguien siempre encierra una dosis de injusticia cuando hablamos de un equipo. Sin embargo, ayuda a comprender algunas cosas. El CF La Solana se asomó el domingo al liderato del grupo I de Preferente tras ganar en Miguelturra (0-2), es el nuevo jefe del pelotón de cabeza -más reducido a medida que se acerca a meta- y está demarrando en el momento justo. Y, claro, en ese equipo hay jefes de filas, como en todos. Se llaman Sancho y Naranjo, precisamente los firmantes del triunfo en el pueblo de la torre gorda.

            Futbolistas veteranos, con espolones, han sabido, y han querido, tirar del carro sobre el césped. El central está cuajando una temporada soberbia. Es el gran muro atrás, donde hace un trabajo tan bueno en lo personal como en lo colectivo, ordenando del minuto uno al último. Su jerarquía es absoluta de tres cuartos para atrás, pero también es un bastión arriba cuando toca estrategia en el ataque. Ahí están sus goles.

            Del delantero poco más de puede decir. Propenso a lesiones musculares, este año apenas las ha sufrido. Su buena puesta a punto física y un sistema que le da libertad de acción en las retaguardias rivales, han desempolvado al mejor Naranjo. Con 26 goles a las costillas, nadie puede discutir, ni discute, que está al volante del bólido amarillo.

            Todo equipo que se precie depende del conjunto, pero ningún gallito ha coronado el éxito sin jugadores franquicia. Es el plus necesario para subir el último escalón. Ahora bien, que nadie se sienta ninguneado. Sancho y Naranjo emergen por méritos propios en una pequeña constelación de buenos futbolistas. Desde Toni Huertas hasta Mini, pasando por Diego Sevilla, Juli, Jose López, Jesús Bueno, Capelo, Almarcha, Michel, Rafa Cortés, Jordan… o la irrupción de un tal Raúl, un juvenil de talento descomunal al que más de un cazador de fuera está acechando. Todos, absolutamente todos, marcan el paso y sueñan con el mismo premio que la afición: volver a 3ª División. Sólo quedan cuatro finales, ya que el partido ante el retirado Tomelloso CF está ganado, 2-0.

Pasará lo que tenga que pasar, pero hacía tiempo que La Moheda no daba cobijo a un grupo de jugadores tan comprometido, tan centrado y tan metido en faena a un mes para acabar la liga. Son la prolongación en el campo de Ángel Izquierdo, el manigero de todo.

Próxima estación, Conquense B. Otro examen exigente para un alumno que busca el cum laude. Esos tres puntos, de lograrse, darían medio ascenso, o como mínimo media promoción. Ya lo verán.