Capelo compareció ante la prensa para repasar la actualidad del equipo             Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         Miguel Ángel Manzano Fernández no es un nombre conocido en el mundillo del fútbol provincial. Pero si le aplicamos su apodo futbolístico, Capelo, la cosa cambia. De su padre, el gran Manzano, heredó la clase con el balón en los pies, no tanto con la cabeza, aunque su pierna de palo es la zurda, al contrario que su progenitor. Eso sí, de vez en cuando se desdice asimismo con centros medidos como el del domingo pasado ¡con la izquierda! que puso en la cabeza de Rafa Cortés el 1-0 ante el Piedrabuena.

         Acercándose a la treintena, Capelo Jr. es uno de los grandes veteranos del CF La Solana. Destaca por su delicioso toque de balón, pero también por su irregularidad. Le gusta ajustarse la corbata sobre el césped antes que meter las manos en la grasa, para qué nos vamos a engañar. Parece algo inherente a los artistas del esférico como él. Y tiene otra virtud: cuando le preguntan dice cosas, no es de respuestas planas.

         El año pasado declaró que había plantilla para acabar entre los dos primeros, y el equipo terminó quinto. Pero seguía pensando lo mismo. O sea, decepción al canto. Con esas dudas razonables sobre el techo de este grupo comenzó esta temporada, con un plantel más recortado y la práctica totalidad de futbolistas con DNI solanero. Por ejemplo, el domingo pasado saltaron al césped once solaneros de inicio. Su diagnóstico para este año, con el equipo segundo a un punto del líder, es parecido, aunque con matices, “estamos acostumbrados a empezar bien, pero tenemos que intentar seguir ahí; el tiempo lo dirá”.

         Reconoce que este año hay menos equipos “top”. “El año pasado estaban Almagro y Daimiel, y este sólo veo tan serio al At. Tomelloso; luego hay cuatro o cinco equipos muy parecidos que lucharemos por estar ahí”. También admite que fuera de casa se sienten más sueltos que en La Moheda. “En casa nos dejan el peso del partido y nos cuesta tener el balón todo el tiempo; fuera nos arropamos atrás y con nuestra gente rápida arriba salimos bien a la contra”. Sin embargo, su principal clave es una: la presión. “No tener tanta presión nos beneficia. “Parecía un fracaso si no quedábamos primeros o segundos y este año es distinto”. Cree que el equipo se siente mejor por esta razón, “en el vestuario no hablamos de ascenso ni la directiva tampoco, así nos sentimos más cómodos”.

Los jóvenes contagian ilusión

         A pesar de que la plantilla es algo corta y las lesiones azotan, caso de Juanma, Matías, Naranjo o él mismo (el aductor izquierdo le tendrá fuera dos o tres partidos), destaca la irrupción de los juveniles. Ángel Izquierdo está dando mucha bola a los todavía juveniles Raúl y Manuel, y al recién subido Jordan. “Aparte que lo están haciendo bien, a nosotros nos viene fenomenal; los ves entrenar con tanta ilusión que contagia a los veteranos”.

         En todo caso, hace suyo el mantra de Simeone. “Vamos partido a partido”. De los errores también se aprende.