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ebola eeuu  1

         Aurelio Maroto

         La falsa noticia anunciando un caso de ébola en La Solana no es un caso aislado, ni mucho menos. Este tipo de embustes proliferan por las redes con supuestos titulares y mensajes de lo más variopinto. Estos pequeños delincuentes no tienen reparo en suplantar a cualquier autoridad, cabecera de medio de comunicación o institución para llevar a cabo sus fechorías, por supuesto escondiéndose bajo la cobardía del anonimato.

         Mientras en África mueren por cientos y en España cunde la alarma por el primer caso real, hay tipos que obvian cualquier sentido ético para hacerse los graciosos. El sujeto o sujetos que han suplantado al alcalde de La Solana como firmante de un presunto comunicado municipal alertando de un caso de ébola en la localidad no son originales, por desgracia. Desde que fue declarado el primer caso real en Madrid, el pasado lunes, se han multiplicado los bulos sobre más infectados, incluso fallecidos en diferentes rincones de España.

Un falso titular de la edición digital de El País dice: “Tres casos de ébola en el municipio de Comenar Viejo”. Otra edición online de un diario levantino titula: “Encontrado primer caso de ébola en el Hospital Universitario de Alicante”. Incluso hemos encontrado otro falso escrito con membrete de la Universidad San Pablo CEU, firmado por su rector, anunciando la cancelación de las clases ante “la rápida expansión del ébola”.

         Whatsapp está siendo la principal herramienta para difundir estas bromas pesadas, a las que se unen un carrusel de mitos y rumores ofreciendo remedios y prevenciones contra el virus como comer cebolla cruda durante tres días o tomar leche condensada a diario. En EEUU, muy dados a extravagancias, se ha extendido que el ébola puede convertir a los enfermos en zombis.

         Al margen de curiosidades, debemos poner el énfasis en el sentido común. Las autoridades locales, como las de cualquier otro lugar, se afanan en pedir a la ciudadanía tranquilidad y capacidad de crítica para discriminar mentiras de esta naturaleza. Por eso, se pide buscar siempre información en fuentes oficiales, no contribuir a los bulos compartiendo información alarmista sin confirmar, o acudir siempre a la página web oficial de un medio de comunicación o institución para comprobar la veracidad de la noticia.

         Entre tanto, urge exigir a esas autoridades que activen los mecanismos que sean necesarios para rastrear y localizar a los emisores de estos mensajes. La justicia es el centinela que debe ponerlos en su sitio. Las redes sociales son maravillosas, pero demasiado a menudo se convierten en un cubo de basura en el que todo cabe. Este es un claro ejemplo de sus miserias.

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