El padre Domingo Jiménez en los estudios de Radio Horizonte   Foto: GACETA

-Paulino Sánchez.

Para el padre Domingo Jiménez, que ha sido misionero Javeriano durante más de 32 años en Sierra Leona, más que la enfermedad del Ébola, de la que tanto se habla ahora, en África existe otra que mata cada día a miles de personas y esa es el hambre.

El padre Domingo Jiménez ha vuelto unos días a La Solana y ha recordado nuevamente su aventura en África, donde señala que ha estado prácticamente media vida, aunque tuvo que dejarlo hace cuatro años porque estaba muy agotado, pero misionero sigue siendo siempre, añadiendo que “donde estoy soy misionero”, añadiendo que “sobre todo lo somos los javerianos”.

   Con motivo de la enfermedad del Ébola en África, señalaba Domingo Jiménez que hay mucha gente que le llama y habla de esa enfermedad, que ahora es motivo de noticia continua. Pero añade que allí se nota más esa y otras enfermedades porque falta de todo en sanidad, pero es algo que pasará.

No obstante añade que hay un Ébola que está siempre y es el hambre. Al respecto señala que cuando una persona come una sola vez al día es porque no puede comer más.

   Recuerda Domingo Jiménez que cuando aquí pregunta a los niños de los colegios cuantas veces comen cada día, le suelen responder con la mano abierta que hasta cinco veces, aunque muchas personas lo suelen hacer tres veces al día, desayuno, comida y cena.

   Pero en África, añadía, allí suelen comer una vez al día y solo una taza de arroz cocido, a la que le echan un poquito de salsa picante, siendo la comida de todo el día. Pero señalaba que los niños ni siquiera comen esa taza, ya que tienen que conformarse con media taza.

   Recordaba que, no obstante, esos países tienen mucha riqueza ya que como Sierra Leona tienen oro, carbón y otros muchos minerales, pero son explotadas por compañías extranjeras, siendo poco lo que queda para los nativos.

   Al respecto recordaba que allí la sanidad no es gratuita como en España, por lo que los misioneros tienen que ayudar económicamente que les pide esa ayuda para atender cualquier enfermedad, ya que de otra forma muchas personas no podrían curarse.

   Sobre la carencia de sacerdotes en España, que actualmente se está dando, recordaba lo que ocurre en los países africanos, donde un misionero debe atender a muchas personas y recorrer para atender a los creyentes muchos territorios, porque hay más carencia incluso que en los países europeos.

   Insistía Domingo Jiménez en la necesidad del compromiso que deben realizar los laicos, para cubrir esa carencia de sacerdotes, lo que supone estar a disposición de la Iglesia de cada lugar.

Mostraba su satisfacción por estar de nuevo en La Solana, señalando al respecto que “quiero mucho a mi pueblo donde nací y lo llevo muy dentro del corazón”, añadiendo que se sabe muy querido como lo demuestran sus paisanos cuando le ven por la calle y donde vuelve siempre que puede hacerlo.