Los chavales, ataviados con su pañuelo, se dirigen a abrazar al Apóstol              Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         La visita a la ermita de San Antón ha constituido la gran novedad de la quinta edición del llamado Caminillo de Santiago. Este año, la hermandad del Apóstol decidió salir del casco urbano en su ya tradicional peregrinaje por los diferentes templos religiosos de La Solana y todos han terminado contentos con la experiencia.

         La expedición de peregrinos, formada por 25 escolares del colegio San Luis Gonzaga, partió rumbo a la antiquísima ermita del santo anacoreta junto a los directivos de la hermandad y algunos ciudadanos a título particular, ya que la ruta era abierta para quien quisiera acompañar.

         En el cerro de San Antón fueron recibidos por la hermandad titular y obsequiados con un pequeño avituallamiento. Descansaron durante media hora antes de partir de nuevo rumbo a la población. Cerca de la una del mediodía llegaron a la parroquia de Santa Catalina, entrando por el pórtico de Santiago. Ya en el interior del templo, fueron recibidos por el párroco, Benjamín Rey, que se dirigió a los niños antes de proceder al momento cumbre, el abrazo al Apóstol, que había sido bajado expresamente de su hornacina en el retablo mayor.

         En declaraciones a la prensa, el presidente de la Hermandad de Santiago, Juan Rodríguez-Rabadán, dijo terminar contento por esta nueva edición, aunque admitió que esperaban más niños y también más adultos. “Ha sido cosa rara porque no ha venido gente aparte de la junta, sólo dos o tres mujeres”. En este sentido, reconoció que para el año que viene tendrán que avisar con más tiempo o hacerlo de otra manera para que la población en general se anime a participar en el itinerario, no sólo los colegiales. El presidente también agradeció la colaboración de Protección Civil y la Policía Local.