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 CF La Solana por los suelos

El equipo amarillo sigue por los suelos                                                        Foto: Sebas Candelas

Aurelio Maroto

0-La Solana: Toni Huertas, Juli, Mini, Michel, Diego Sevilla, Jose López, Javi Núñez, Almarcha, Néstor, Jesús Bueno y Naranjo. En la segunda parte salieron Pitu, Jordan y Jose.

2-Mota del Cuervo: Raúl, Torero, Dani, Héctor, Guille, Cobos, Monge, Antonio, Juli, Iñaki y Álvaro. En la reanudación salieron Sergio, Borja, Franches, Girón y Julio Alberto.

Árbitro: Magán Gudiel. Amonestó a los locales Juli y Mini, y al visitante Antonio.

Goles: 0-1 m.17 Juli, de bonita chilena.

         0-2 m.56 Álvaro.

Incidencias: Unos 250 espectadores en La Moheda, la entrada más floja de la temporada.

Comentario:

         Sólo queda el orgullo. Es la única hoja de parra que poner para tapar las vergüenzas de un equipo en completa desnudez. La Solana está deshecha y ayer fue el Mota del Cuervo quien profanó La Moheda con absoluta impunidad. El 0-2 final ahondó en una herida que sangra con abundancia desde hace meses; para algunos desde muy poco después de comenzar la temporada. Tanto que Juan de Lara, abnegado y trabajador donde los haya, no descartó novedades importantes esta semana, incluso su propia dimisión. Pero, de momento, no quiso ir más allá y capeó como pudo la ráfaga de preguntas de la prensa local al término del partido.

         Mientras tanto, la plantilla se tragaba en el vestuario un nuevo sapo. La afición, cada vez menos numerosa y hasta pasota, había vivido otra derrota dolorosa ante un rival que, dicho con el máximo respeto, no es precisamente una lumbrera del grupo. La Solana tampoco, desde luego.

         A los 17 minutos llegó el primer torpedo, gracias a una chilena fantástica de Juli que sorprendió a Huertas. Un minuto antes, Juli y Naranjo habían tenido el 1-0, pero hasta la diosa Fortuna es esquiva. Desde ese momento, el equipo se clava al césped y Juan de Lara, como un mantra, grita constantemente: “¡Juntaros, juntaros!. No hay mejor señal para evidenciar que el equipo juega separado, o sea, que no corre. La falta de solidaridad es brutal en los relevos, en las rupturas, en los balones divididos y en las segundas jugadas. Por eso La Solana es un coladero.

         Al poco de arrancar la segunda parte, misma historia. Balón largo que gana el delantero, detiene Huertas, pero el rechace, cómo no, es para el delantero visitante. Desde ese instante, lo de siempre, un querer y no poder con más patetismo que fútbol. Nadie confiaba ya en una remontada que, por supuesto, no se produjo.

         En la sala de prensa, Juan de Lara volvió a comparecer con una banderilla más en el lomo. Por primera vez admitió que hace falta “una chispa” –dijo textualmente- para cambiar la dinámica en los seis partidos que quedan. No para aspirar a nada, claro, pero sí para “no pisotear este escudo”. Sin embargo, no aclaró mucho más. Nos emplazó al resultado de alguna reunión que otra esta semana. Ojalá y una varita mágica hiciera que la liga terminara el domingo próximo, deberán pensar en el seno del club. Pero todavía queda mes y medio de competición. Exactamente seis estaciones de penitencia.

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