Las gachas ganadoras en pleno cocinado Foto: GACETA
Aurelio Maroto
El secreto es que no hay secreto. Julia Magdaleno, ganadora del tradicional concurso de gachas manchegas, sostiene que la clave es cocinarlas con mucho amor. La receta es la misma para todos, aunque las manos del cocinero, o cocinera, es decisiva para no estropear un plato en apariencia fácil de hacer, pero que tiene sus recovecos.
El caso es que el jurado cató la veintena de sartenes inscritas en el concurso y no dudó en decidir qué gachas estaban más apetitosas. Julia Magdaleno y su hermano Rafael se apuntaron bajo el nombre “Sin pensarlo”, porque la decisión de participar fue vista y no vista. Como vista y no vista fue la decisión de los miembros del jurado, ya que otorgaron 95 puntos a los ganadores, mientras que los segundos, terceros y cuartos clasificados obtuvieron 84, 83 y 82 puntos, respectivamente.
El certamen llenó de sartenes, de ambiente, y también de humo, la Plaza Mayor. El sol por fin era radiante y la mañana suficientemente agradable para solazarse. Un batallón de peñas y cuadrillas hatearon lo necesario. Gavillas en mano, llegaron para colocar la sartén de patas, prender la lumbre y comenzar a tostar tropezones, aceite, harina de guijas y, a base a agua, ir cuajando el típico plato de la tierra.
Muchos acudieron ataviados con blusas gañanas y muchas con pelerina y pañuelo negro a la cabeza. En resumen, otro ejemplo de tipismo que reunió a cientos de solaneros preparados para zamparse una buena comilona en uno de los momentos más populares del carnaval solanero.