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     Aurelio Maroto

         Es inútil negar las ventajas que ofrecen las redes sociales, esa nueva herramienta de comunicación capaz de mover el mundo a golpe de clic. Pero no es inocua, ni mucho menos. Por el contrario, puede ser un arma de destrucción masiva. El problema es simple: que se utilice mal o para fines espurios.

         La Policía Local de La Solana ha identificado a un hombre de 33 años como presunto autor de un vídeo grabado por él y colgado a través de WhatsApp, la archiconocida red social por teléfono móvil. En la grabación se le ve insultando y vejando a un discapacitado psíquico desde el interior de un coche, en la calle Valencia.

         La investigación comenzó el pasado día 28, en colaboración con los Servicios Sociales del Ayuntamiento. Una vez que el vídeo fue difundido, corrió como reguero de pólvora y ya circulaba por gran número de teléfonos móviles. Los agentes han actuado de oficio y han imputado al presunto autor una falta de vejaciones, aunque también hay una denuncia de la tutora del discapacitado víctima de la vejación. Está por ver si el caso se queda en una simple falta o eleva su tipificación. Los tribunales decidirán.

         La Policía Local se ha apresurado a advertir sobre las consecuencias que pueden acarrear la difusión de vídeos o fotografías de esta naturaleza, donde se utiliza la imagen de alguna persona para hacer mofa, escarnio o perjudicar su reputación sin su consentimiento. El gracioso de turno puede encontrarse con un disgusto, y bastante serio.

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