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 Copia de San Isidro destrozos  

La fuente tal y como quedó tras los destrozos      Foto: GACETA

       Aurelio Maroto

         Ladrones y gamberros a partes iguales. En esa mezcla se encuentran los autores de los destrozos perpetrados en la ermita de San Isidro. El santuario del Labrador ha sufrido un nuevo asalto, el segundo en lo que va de año, con algunos daños importantes como resultado final.

         Según ha podido saber Radio Horizonte, los ladrones atentaron contra la fuente de entrada, derribándola al suelo. Se trataba de un ángel de 2 metros de altura hecho de piedra artificial, que terminó en el suelo completamente troceado. De esa fuente se llevaron la pequeña bomba de agua que sirve para ponerla en funcionamiento durante la romería.

         Por otra parte, entraron en la caseta del pozo haciendo un butrón en una pared de ladrillo. Por ese agujero se colaron para robar la bomba eléctrica que se utiliza para tener agua y riego.

         No contentos con ello, los ladrones rompieron los angelotes que adornan el arco de entrada al santuario y algunas de las tejas de decoración que lo cubren.

         Afortunadamente, la hermandad de San Isidro tiene seguro contratado y probablemente verá reparados los daños sin coste, aunque el disgusto no lo quita nadie, como admitía su presidente, Rafael García-Abadillo, “no entendemos cómo pueden hacer cosas así, sobre todo cuando hacen daño sólo por hacerlo”.

         Se calcula que tales daños ascienden a 1.500 euros, resultado de los 600 que cuesta la bomba eléctrica y los aproximadamente 900 del resto de destrozos. La última vez que los ladrones “visitaron” la ermita fue el pasado mes de febrero.

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