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La Solana-Daimiel Pitu

La Solana y Daimiel pelearon por cada balón en un bonito duelo              Foto: Sebas Candelas

Aurelio Maroto

La Solana: Toni Huertas, Juli, Juanma, Sancho, Javi Núñez, Capelo, Néstor, Jesús Bueno, Pitu, José Pedro y Michel. En la segunda parte salieron Raúl, Jose López e Inti.

Daimiel: Astillero, Obi, Negrete, Recuero, Carlos, Yoni, Ismael Torres, Jesús, Ramón, Francis y Javi Torres. En la reanudación salieron Aarón y Moisés.

Árbitro: Valencia Díaz. Demasiado bisoño para un partido así. Amonestó a los locales Javi Núñez y Néstor, y a los visitantes Ismael Torres y Javi Torres. Expulsó por doble amonestación al solanero Sancho y al daimieleño Negrete.

Incidencias: Tarde de mucho calor en La Moheda. Buena entrada, unos 500 espectadores. La charanga Los Bastianes animó durante todo el partido. Minuto de silencio en memoria de Juan Pedro Alhambra, el adolescente fallecido trágicamente en accidente el pasado 8 de septiembre.

Comentario: Tablas y tan amigos, aunque tras una batalla que mereció la pena ver. No hubo goles, pero sí un carrusel de ocasiones que giró como un tiovivo incesante, ahora aquí, ahora allí. La Moheda saludó a dos equipos entregados y dio por bueno un resultado que, huérfano de goles, no lo fue de emoción.

         El Daimiel fue un dignísimo rival. Tal vez necesitaba un escenario así para reivindicarse, y llegó en el momento justo, cuando tal vez una derrota no hubiera dolido tanto. Le faltó poco para llevarse el triunfo, y menos todavía para perder. Tal paradoja se justifica según el momento del partido.

         La Solana tuvo varios problemas. El primero su mala puesta en escena. El equipo salió a ralentí, mientras el Daimiel, excitado con el debut del nigeriano Obi, apretó fuerte de inicio. Una clave importante fue el secado que Javi Torres hizo a Néstor, mientras le duró la gasolina. A los 6 minutos, Michel casi marca en propia meta al peinar un balón que escupió el travesaño. Los blancos se gustaban y ponían al límite a los centrales con rápidos envíos entre líneas. Sancho fue el peor parado. Fue expulsado justamente por dos entradas a destiempo. Tras la segunda amarilla, Obi obligó a lucirse a Huertas en un golpe franco.

         Pero el partido cambió en ese momento. Veleidades del fútbol. La Solana se desperezó y comenzó a moverse mejor en el tablero verde. Néstor entró más en juego, Jesús Bueno encontró el feeling con el balón y Capelo empezó a ser un puñal por el costado derecho. Con todo, Ramón pudo adelantar a los suyos a los 40 minutos, pero se le apagó la luz cuando se encontró con una estatua de piedra llamada Toni Huertas. La réplica llegó de inmediato tras una penetración de Néstor marca de la casa, con apertura a José Pedro, que en lugar de tirar de primera, recortó y también se le hizo de noche.

         El partido se fue al descanso con sensaciones encontradas. Con uno menos, La Solana salió arreando en la reanudación y se mostró como un equipo mucho más dinámico. Ayudó la expulsión de Negrete tras una falta a Capelo en el minuto 4. El partido se tiñó de amarillo y las ocasiones llovieron. A los 8 minutos, una buena internada de Capelo termina con una asistencia franca a Jesús Bueno, pero éste dispara alto. Poco después, Pitu se encuentra un balón en el punto de penalti, pero en lugar de colocarlo con el empeine, lo rompe en dirección a las nubes. A los 24 minutos, Astillero saca una gran manopla a disparo de Jesús Bueno, y sólo cinco después, Capelo pide penalti en una caída en el área.

         Entre tanto, el Daimiel capeaba el temporal y no perdía el norte arriba. Con Obi perfectamente aburrido por Juanma y Javi Núñez, Ramón era el peligro blanco. Tuvo una ocasión a la media hora, con un disparo intencionado que se paseó delante de Huertas.

         Hasta el final, La Solana volvió a la carga. Con el partido algo roto y los gladiadores fatigados, llegó el momento de los fantásticos. Néstor comenzó a recibir con espacio y fue un espectáculo ver sus amagos y sus pases al hueco, aunque sin el premio gordo. Jesús Bueno tuvo una muy clara en el minuto 83, que enfadó de tal modo a Astillero con su propia defensa que el árbitro le pidió calma. Dos minutos después, Capelo envió al larguero una falta lejana. Pero la más clara de todas fue en el descuento, tras un fallo defensivo que dejó sólo a Capelo ante Astillero. También se le fue por centímetros.

         La Solana pudo ganar, sí, pero el Daimiel pasó por La Moheda con enorme dignidad y también tuvo sus opciones. Es verdad que los amarillos echaron de menos alternativas arriba en los momentos clave. Sin Naranjo, Mini, Almarcha y Tore, lesionados, tuvo que salir de refresco el juvenil Raúl. Pero Juan de Lara, siempre respetuoso, evitó poner paños calientes y prefirió felicitar a todo el mundo “hemos visto un partido de gran desgaste entre dos grandes equipos; a los míos no puedo reprocharles nada”.

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