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 Alas Papel festival

Una de las actuaciones del largo fesitval de Alas de Papel                                                         Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         Alas de Papel vivió su día más importante con la celebración del XII Festival de Baile. Este año se eligió el teatro “Tomás Barrera”, que acogió seis largas horas de actuación gracias a la iniciativa de Alfonsa Vinuesa, siempre dispuesta a colaborar con esta asociación. Este año, el resultado económico ha dejado a la asociación 2.600 euros netos, una vez descontados los gastos.

         Cerca de 300 personas se movilización para la ocasión, incluyendo madres y abuelas en la confección del vestuario. En escena, todos los grupos de baile de Alfonsa Vinuesa fueron actuando al son de la música, en un carrusel incesante de números de lo más variopinto.

         La primera sesión comenzó puntual, a las 7 de la tarde, y se extendió hasta después de las diez de la noche. Unas 300 personas siguieron la función, que salieron para dejar sitio al público del segundo asalto, y vuelta a empezar.

         Alfonsa Vinuesa estaba cansada pero feliz entre función y función “estoy contenta y agradecida a los bailarines y sus familias por el trabajo que hacen”. Ella organiza y se inspira en cada festival para poner lo mejor de sí “yo pongo las ideas, pero ellos opinan también”. No es fácil llenar tres horas de actuación tan dinámica y seguida, sin parar. Pero cuando la gente colabora, todo es más fácil “están por la labor y por eso sale todo bien”. Su colaboración con Alas de Papel responde a un interés únicamente altruista “desde siempre quería hacer algo así para ayudar”.

         La presidenta de la asociación, Cati Serrano, no cesa de agradecer a Alfonsa su implicación. Y esta vez se mostraba aún más satisfecha precisamente por ella “en el teatro se ve mucho mejor el trabajo que hace”. En efecto, se ha cambiado la caseta por el Tomás Barrera buscando más realce en todos los sentidos. Por un lado, el público está más cómodo en su butaca y puede disfrutar más de los bailes. Por otro, la brillantez de cada coreografía no tiene nada que ver a nivel de iluminación, sonido y lucimiento general.

         El dinero recaudado servirá para mantener abierta la casita, donde los niños afectados reciben terapia todo el año, también durante el verano.

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