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 Copia de Frente Solanero

Hasta la afición estuvo más silenciosa de lo normal                                                       Foto: GACETA

Aurelio Maroto

1-La Solana: Toni Huertas, Juli, Matías, Palacios, Inti, Michel, José Pedro, David Sevilla, Tore, Capelo y Pitu. También jugaron Juande, Javi Núñez, Jesús Bueno. Colchón y Araque.

1-Carrión: Lirio, Álex, Juli Molina, Pichu, Javi Sánchez, Carri, Rubén, Capi, César, Peli y Chema. También jugaron Emilio, Fermín, Angelete y Pablo.

Árbitro: Corredor Dotor. Amonestó a los locales Pitu y Matías, y a los visitantes Angelete, Carri, Juli Molina y Pichu.

Incidencias: Tarde soleada y fresca en La Moheda. Unos 400 espectadores. Césped natural pesado.

Comentario: La herida continúa supurando y la sangría de puntos no cesa. Es anormal que La Solana, tan resuelta en la primera vuelta ante su público, lleve tres partidos sin oler la victoria, y casi sin oler puerta. Pero, escudriñando en las razones, hay una que enseña el camino: la falta de fútbol. A los amarillos se les ha olvidado jugar. Y, claro, el riesgo de tropezar aumenta. Ayer sucedió exactamente lo mismo que ante Tomelloso y Madrigueras, con la única diferencia de que asomaron más a la puerta contraria. Sin suerte, eso sí. Pero, excepto la jugada del gol del empate, obra de David Sevilla, el resto de ocasiones fueron producto de acciones aisladas, pelotazos arriba y rebotes que terminaban creando peligro.

         Entre tanto, el Carrión hizo su partido, jugó sus bazas y arañó un punto que le sabe a oro. Se encontró con su gol a los 24 segundos de juego merced a un agujero que pilló a la defensa amarilla todavía saludando. Naturalmente, “empezar” el partido con 0-1 es demasiada ventaja. El zarpazo de César heló las ideas a La Solana, que comenzó a arrear sin ton ni son. Los interiores, Capelo y Tore, jugaron como los extremos de antaño, o sea, esperando que les llegara el balón. Sin movilidad, sin rupturas por el centro, sin elasticidad en suma, el equipo de Juan de Lara se hizo pequeño. El Carrión se formó en erizo y era cuestión de mantener la zona. Las peleas de uno contra uno eran una lotería sin apoyos en corto ni un movimiento veloz del cuero. Ahí, la defensa carrionera era feliz.

         El escaso interés visitante por visitar a Toni Huertas acabó siendo definitivamente nulo tras la lesión de César. Corría el minuto 25 y el juvenil Matías tuvo que cortar una penetración de gol. El problema es que dañó seriamente el tobillo al ariete, que tuvo que ser evacuado al hospital. Fue la peor noticia del partido, máxime cuando el chaval acababa de salir de una larga lesión.

         La Solana logró empatar pasada la media hora gracias, esta vez sí, a una jugada de Manuel. José Pedro, muy trabajador toda la tarde, ve la salida de Tore por banda derecha, este centra medido y David Sevilla cabecea en carrera. Un gran gol que pareció espolear a la hueste de Juan de Lara. Pero el descanso llegó en seguida.

         Los amarillos parecieron mejorar algo en la reanudación, apretando más las tuercas a su rival. Juli la tuvo a los cuatro minutos, pero Lirio detuvo bien. Sin embargo, la mecánica de juego era la misma de últimamente, es decir, balonazos largos en busca de algún rechace o una segunda jugada con la que hacer pupa. Un buen ejemplo fue un balón porfiado por Pitu, metiendo el pie entre defensa y portero, pero sin fortuna. Poco después, David Sevilla también mandó fuera una vaselina intencionada.

         Al final, el Carrión sostuvo su parapeto y se llevó de La Moheda un punto que, por primera vez en lo que va de temporada, disgustó a la espléndida afición amarilla. El equipo fue despedido con silencio y algún que otro grito de desaprobación. Aislado, eso sí. Pero ya es noticia.

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