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El equipo volvió a "dormirse" fuera de casa                          Foto: GACETA

Aurelio Maroto
El CF La Solana se resigna a su suerte y comienza a pensar que la temporada está echada. La derrota del sábado en Munera por 3-2 dejó clavado a un equipo que prometía más después de los visto en los últimos partidos. Pero la tropa de Ángel Izquierdo volvió a su imagen taciturna y a su versión de conjunto conformista y con poca fe. Esa es la palabra: fe. El Munera ganó a base de anticipación y arrojo, poniendo toda la carne en cada jugada. Al final, esas virtudes acaban equilibrando la balanza de una supuesta mayor calidad y, en muchos casos, ganando la partida. Tal fue el caso del sábado.
Los locales se adelantaron y Capelo fue capaz de empatar. Pero dos goles más volvieron a poner el marcador muy cuesta arriba con un 3-1 que parecía inapelable, como así acabó siendo a pesar de acortar distancias hasta el 3-2, obra de José Carlos.

Esta derrota duele todavía más después de los resultados de la jornada dominical, donde ninguno de los dos primeros fue capaz de ganar. Teresiano y At.Ibañés no pasaron del empate en sus duelos contra Zona 5 y Daimiel. Naturalmente, un triunfo solanero en Munera hubiera dado mucha vida a los amarillos en su pugna por meterse en la pelea de la promoción. Ahora, la distancia es de diez puntos, demasiada si tenemos en cuenta dos cosas: cada vez queda menos y La Solana sigue sin ser un equipo estable. De repente, tiene la dudosa virtud de irse de los partidos.

El próximo domingo, viaje a Malagón para enfrentarse al At.Teresiano. El campo del líder marcará el nivel real de La Solana y si tiene o no alguna opción todavía de ser protagonista en esta liga.

 

 

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