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         Aurelio Maroto

         Indignación, rabia, impotencia… Tal es el estado de ánimo de los agricultores solaneros afectados por el destrozo de un buen número de hectáreas de viñedo, además de maquinaria y equipamiento eléctrico en varias fincas entre las localidades de Manzanares y Arenas de San Juan. Los autores se han ensañado arrancando de cuajo los postes de las espalderas y perpetrando otros daños importantes en las explotaciones. Las pérdidas son cuantiosas y los propietarios claman justicia por que, entre otras cosas, llueve sobre mojado.

          Lo sucedido este jueves no tiene parangón. Al menos tres agricultores solaneros han sufrido la ira injustificada de desconocidos que, habida cuenta de la naturaleza de los hechos, sólo buscaban hacer daño, sin mayor contrapartida.

Uno de los afectados es Daniel Prieto Nieto, que todavía se frota los ojos ante lo sucedido, y no encuentra explicación lógica. En una entrevista concedida a Radio Horizonte-La Solana, puso un ejemplo fácil de entender para explicar lo que sienten “es como si un día sales y cuando vuelves han quemado tu casa”.

El agricultor tiene la finca en El Herrador, entre Manzanares y Arenas de San Juan, propiedad de su padre, Juan Eusebio Prieto. El jueves llegó por la mañana y su hermano se extrañó de unos liños de parras destrozados junto a la cuneta. Pronto se dieron cuenta de que no era producto de ningún vehículo que se había salido de la carretera. Los daños eran importantes en buena parte del parral. Más adentro, vieron un tractor sobre un montón de basura. Los autores lo habían dejado allí en marcha hasta quemar el motor. Daniel Prieto sigue sin dar crédito a lo acontecido “si alguien roba para comer puede tener alguna explicación, pero esto destrozar por destrozar, devorar sin sentido”.

No es la primera vez que esta familia sufre robos o daños en sus explotaciones agrícolas. El año pasado les robaron un transformador eléctrico. Reponerlo costó 6.000 euros. Estos últimos destrozos están todavía siendo evaluados, pero calculan que superarán los 12.000 euros. Eso, sin contar el tiempo que tardarán las cepas en volver a ser igual de productivas, aproximadamente tres años.

Daniel Prieto pide más vigilancia y, en caso de encontrar a los culpables, más rigor con ellos. Sus quejas van dirigidas hacia las fuerzas de seguridad, en especial hacia la Guardia Civil, aunque entiende sus excusas cada vez que llegan a denunciar “nos dicen que son pocos guardias, que no dan abasto por falta de efectivos”. Pero los propietarios se sienten indefensos ante tales desmanes, que en estos casos no se limitan a un simple robo de cobre o cosa similar.

En sus declaraciones a la emisora local, se dirigió directamente a dos responsables políticos naturales de La Solana “a Nemesio de Lara [presidente de la Diputación] y a Máximo Díaz-Cano [delegado del Gobierno] les pido por favor que tomen cartas en el asunto y aumenten la vigilancia contra estos delincuentes”. También pidió colaboración ciudadana “si alguien vio algo, si conoce algo, lo que sea, que lo denuncie a la Guardia Civil”.

Entre tanto, los propietarios afectados comienzan a tomar en serio la organización de patrullas para proteger sus explotaciones. De momento es una posibilidad, pero alguno admite que la indignación puede llevar a cometer alguna torpeza “yo siempre llevo mi escopeta en el coche, y por Dios que no tenga que usarla nunca”.

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