Aurelio Maroto
       La palabra "obligación" se ha instalado demasiado pronto en el CF La Solana. Tanto es así que las tres derrotas consecutivas en liga convierten el partido del domingo en La Moheda en una final. Urge ganar al Munera y el equipo es plenamente consciente de ello. Otra derrota encendería todas las alarmas y enrarecería un ambiente que, de momento, sigue siendo muy bueno en el seno del vestuario. Sucede que aunque los objetivos iniciales no eran, ni son, los de ascender, la estructura del equipo está concebida para mucho más de lo que ha demostrado hasta la fecha.
    Con esa responsabilidad se afronta el choque del domingo, que comenzará a las 5 de la tarde. El rival es el Munera, rival inédito en La Moheda que ha ganado dos de sus tres partidos hasta el momento. Pero el entrenador amarillo, Ángel Izquierdo, no mira en absoluto a su enemigo y se centra en que los suyos afinen sus armas. El jueves se trabajó especialmente el repliegue defensivo, principal defecto en este inicio liguero. La Solana ha recibido 7 goles y casi todos han sido al contragolpe. Está bien mover el balón y tener gusto por jugar la pelota, así como atacar en tropel. Pero cuando se ataca con muchos hay que aprender a defender con pocos, y el equipo aún no ha asimilado ese sistema. El técnico asegura tener diagnosticado el problema y trabaja junto a su ayudante, Juan de Lara, para resolverlo. Todos creen que si el equipo alcanza una mínima armonía en la transición defensa-ataque, y viceversa, La Solana será completamente distinta por cuanto la calidad existe.
     Nadie duda de la pólvora del equipo de medio campo hacia arriba, máxime tras la recuperación de Capelo y la incorporación de Imad, interior zurdo recién llegado esta semana. En realidad, el técnico tendrá este domingo mucho equipaje para hacer la maleta de los once primeros. Sólo son baja los chavales Chino y Torres, ambos lesionados, pero el resto están en perfectas condiciones para ayudar al equipo a salir del bache.