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         Aurelio Maroto

         Cuando la gente del barrio se vuelca, todo resulta más fácil. La directiva de la popular barriada del Parterre terminó anoche plenamente satisfecha por el resultado de las fiestas celebradas durante todo el fin de semana. Los vecinos se han volcado a la hora de colaborar en todo lo que les han pedido, según han reconocido los organizadores.

La recaudación final ha ascendido a 4.700 euros, 570 menos que el año anterior, una cantidad importante que es el resultado del reparto de papeletas para el sorteo de un televisor y de un queso y un estuche de vino, pero sobre todo por la venta de los dulces. Para su elaboración previa ha sido necesaria la colaboración de la vecindad, que no ha dudado en llevar a la iglesia de Santa María todo tipo de ingredientes. En declaraciones a la prensa local anoche mismo, varias directivas agradecían la gran colaboración de la gente a la hora de aportar ingredientes “nos han traído de todo, y además en grandes cantidades, sin escatimar”. Lo mismo ha sucedido con la rifa, que la gente ya conoce y adquiere las papeletas sin pestañear cuando se las ofrecen.

Las fiestas arrancaron el viernes con el triduo, que se prolongó el sábado. Lo más destacado del domingo fue la misa de la mañana, que fue oficiada por el párroco del Convento, Manuel Infante, ante un gran número de fieles en el templo de Santa María Madre de la Iglesia. Por la tarde comenzó el ofrecimiento y a las diez de la noche comenzó la procesión. El desfile pasó por el itinerario de costumbre encabezado por la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Rescatado, y seguido por una nutrida representación de directivos de las distintas hermandades y cofradías solaneras. Después aparecía la carroza, bellamente engalanada para la ocasión.

Nada más llegar a la iglesia, se celebró el sorteo de la rifa públicamente, cuyos números agraciados han sido el 987, que tiene una televisión como premio, y el 105, al que le ha tocado un queso y un estuche de vino.

La recaudación final servirá para continuar trabajando por la iglesia del barrio con el mis ahínco que hasta ahora. Pero los directivos de Santa María reconocen que ya no es como hace años, cuando estaba todo por hacer y el templo necesitaba un cambio radical. Con todo, el dinero tendrá su destino para seguir mejorando algunas cosas. Y entre esas cosas no se contempla cambiar el tipo de celebración. No está previsto volver a la verbena tradicional. Creen que la fiesta está bien como está.

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