Aurelio Maroto

     El FS La Solana sigue buscando Junta Directiva y, de momento, no la encuentra. La marcha anunciada de Luis Enrique Ramírez de Verger y sus colaboradores no tiene vuelta atrás y lo tienen muy claro: el 30 de junio terminan mandato y a continuación entregarán el club al Ayuntamiento si no aparece nadie. Quedan, por tanto, quince días para reconducir el futuro de la entidad.
     En el cónclave del viernes hubo más de lo mismo. La directiva saliente convocó a los socios y preguntó si había alguna candidatura formal. Negativo. Nadie alzó el brazo para decir "aquí estoy yo". Tan sólo se repitió el episodio de la asamblea anterior, cuando Manuel Galindo, todavía presidente del CF La Solana, volvió a interesarse, pero sin decidirse a nada. Se volvió a hablar de la situación económica y de presupuestos, pero sin ninguna concreción. O sea, Galindo volvió a lanzar la piedra y a esconder la mano. La pregunta es si esa mano tiene intención de señalar el camino de la presidencia o simplemente se trata de remover la cosa, circunstancia que incluso comienza a molestar a los directivos dimisionarios. Creen que, si no es para dar un paso al frente, no tiene mucho sentido dar más vueltas al asunto. En la primera asamblea, vale, pero en dos consecutivas…

Desde luego, las intenciones de Manuel Galindo no dejan de ser enigmáticas, incluso para sus propios directivos en el CF La Solana. Expresó su interés por hacerse cargo del FS La Solana en la primera asamblea, antes de anunciar su dimisión en el CF La Solana. Y una vez anunciada su renuncia al club de fútbol volvió a repetir la jugada en la segunda asamblea.

Entre tanto, la directiva saliente espera con el teléfono abierto. Juan Ángel Casado asegura que no convocarán más asambleas y que seguirán al frente hasta fin de mes, como manda el reglamento. Durante ese tiempo siguen siendo los interlocutores válidos para gestionar el traspaso de poderes. Basta con una llamada telefónica o un contacto personal para anunciar el interés por presentar una candidatura. Sólo si esto sucede, la directiva dimisionaria convocaría nueva asamblea, pero sobre seguro y a sabiendas de que saldría nuevo presidente.

Esa es la realidad actual. Lo demás son rumores, especulaciones y declaración de intenciones, sin más.