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     Aurelio Maroto
     Se escapó... de momento. La Solana juvenil acarició el ascenso a Liga Nacional pero fue incapaz de doblegar al CD Ciudad Real en el partido de vuelta de la eliminatoria. El empate a dos goles fue insuficiente. El equipo amarillo debía superar el 3-2 de la ida y no pudo ganar, condición sine quanon para aspirar al ascenso. Ni siquiera el fantástico ambiente vivido en La Moheda, con más de 700 espectadores en las gradas, cifra jamás antes conseguida para un partido de juveniles, valió para lograr el ansiado objetivo. Los ciudarrealeños empataron y celebraron el ascenso sobre el propio césped de La Moheda.
     Hasta ahí, la crónica de ambiente y el desenlace deportivo. A partir de ahí, queda felicitar a todos por la extraordinaria eliminatoria que nos han brindado. Primero, por qué no, al ganador. El CD Ciudad Real demostró ser un gran equipo, con buen fútbol y jugadores de gran proyección. En realidad, hicieron lo más difícil: remontar en casa un partido que tenían perdido y sostener el resultado el sábado en un ambiente que, con seguridad, nunca habían vivido en su corta vida como futbolistas.
     Pero también hay que felicitar a La Solana. El equipo de Ángel Izquierdo ha sido un dignísimo perdedor, aunque pueda sonar a tópico. En Ciudad Real demostró su capacidad y estuvo a punto de resolver la eliminatoria. Y el sábado se dejó la piel en un partido de máxima tensión. Los nuestros jugaron para ganar y, de hecho, tuvieron las mejores ocasiones en la primera parte, sobre todo dos, un cabezazo de Juli y un remate a media vuelta de Sevilla. En ambos casos, el portero visitante salvó a los suyos. La clave estuvo en el arranque el la segunda mitad. En tres minutos fatídicos el Ciudad Real se puso 0-2. A partir de ahí fue un querer y no poder ante un rival que ya se sentía a gusto defendiendo el resultado. Aún así, La Solana acortó distancias por mediación de Torres y el partido revivió. Hubo ocasiones para haber hecho el empate, pero este no llegó hasta el minuto 91, sin apenas tiempo para más. 
La segunda oportunidad
     Al término del encuentro, y mientras los ciudarrealeños celebraran en el césped y en el vestuario su éxito, el entrenador amarillo, Ángel Izquierdo, felicitaba al rival y también a sus jugadores "por que lo han dado todo y han demostrado que no éramos peores". Cree que el Ciudad Real ganó la eliminatoria con esa remontada imposible que hizo en el partido de ida. Sin embargo, confía ciegamente en la repesca, que comienza este sábado en La Moheda contra el Mora. Para ascender, habrá que superar otras dos eliminatorias. En este sentido, el entrenador amarillo está convencido de lograr el objetivo ahora perdido, o aplazado "como dijo Guardiola, a esta afición le debemos una y se la vamos a pagar". La primera cita, este sábado, a las 8 de la tarde, en casa contra el Mora, perdedor de la eliminatoria ante el San Vicente de Albacete. Si los nuestros la superan, jugarán una segunda eliminatoria definitiva contra el ganador del duelo Illescas-San José Obrero, y la vuelta sería otra vez en La Moheda.

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