Aurelio Maroto
     La suerte está echada. El CF La Solana juvenil juega este sábado el primer partido de la promoción de ascenso a Liga Nacional, un sueño que está muy cerca, pero todavía se ve de lejos. La liga regular ha sido perfecta, con una trayectoria fantástica y un alirón merecido. Pero ocho meses de competición no son suficientes. En el intervalo de siete días se va a decidir si ese esfuerzo tiene recompensa final: el ansiado ascenso de categoría.
     Así está escrito en esta competición y así hay que asumirlo. La Solana afronta la promoción de ascenso con la máxima ilusión, pero también con la máxima cautela. Este sábado, a las 5, primer asalto en la capital de la provincia frente al CD Ciudad Real, campeón del Grupo III. El partido de ida debe ser sólo eso, un partido que no decida nada. Lo normal, y hasta lo conveniente, es que las espadas queden en alto para el sábado siguiente en La Moheda. Los números de ambos equipos han sido similares en liga y se supone que la eliminatoria será igualada.
     El equipo de Ángel Izquierdo está motivado, centrado y metido de lleno en el partido de Ciudad Real. Los futbolistas no piensan en otra cosa, aunque el técnico les ha recetado una semana de entrenamientos poco exigentes y destinados a la diversión para descargar presión. No habrá cambio de sistema y el equipo planteará su partido igual que cualquier otro de liga, aunque con tres bajas significativas: Colchón, Cuchilla y Ramón, los dos primeros con sendos esguinces de tobillo y el último con una contractura en la espalda. Pero vuelve el gran goleador, Sevilla, que no pudo estar el sábado pasado en Membrilla. Los demás están disponibles y deseosos de que el partido comience.
     Además, el equipo no estará solo, ni mucho menos. Un autocar de aficionados acompañará al equipo, junto a los que se desplacen en sus vehículos particulares. La afición amarilla, como siempre, no falla en las grandes citas. Y esta es una gran cita.