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         Aurelio Maroto

         Sueño conseguido, al menos en su primer asalto. El CF La Solana juvenil logró el ansiado pasaporte para jugar la promoción de ascenso a Liga Nacional, un objetivo largamente perseguido y que se había convertido casi en una obsesión. Esta vez, la liga no se escapó y el promesa amarillo se proclamó campeón del grupo IV de la liga provincial.

El alirón llegó en Membrilla, después de un difícil y emocionante partido que acabó con empate a uno, suficiente para superar a su único rival, el Manzanares, que no falló en Villarrubia. El partido de Membrilla fue agónico. Comenzó bien con un golazo de Almarcha desde fuera del área mediada la primera mitad. Pero el Membrilla apretó y logró empatar al poco de comenzar la segunda parte. Hasta el final, la afición amarilla, que se había desplazado en buen número, mantuvo el aliento ante el acoso de un equipo local que nunca renunció a ganar. El equipo de Ángel Izquierdo, que se desgallitaba en el banquillo, demostraba mejor manejo de balón, más fútbol en definitiva, pero el fútbol físico de un poderoso Membrilla, unido a los nervios de los amarillos, hacía temer el gol de la victoria local.

Finalmente, ese gol no llegó y cuando el árbitro, Criado Nieto, por cierto manzanareño, pero que recetó un arbitraje perfecto, pitó el final, se produjo una enorme explosión de júbilo que fusionó a jugadores y cuerpo técnico en una piña sobre el césped artificial del municipal de Membrilla. Al grito de ¡campeones, campeones!, los jugadores cantaron, bailaron y mantearon a su entrenador, que en se momento no cabía en sí de gozo.

No es para menos. El CF La Solana juvenil ha permanecido líder casi toda la competición, a veces con diferencias de hasta 9 puntos sobre el segundo clasificado. Perder el campeonato en la última jornada hubiera sido un mazazo difícil de digerir. Por fortuna para los chavales, no fue así y alcanzaron un alirón de lo más merecido.

Radio Horizonte recogió el alirón y las declaraciones, aún en caliente, de los protagonistas. Ángel Izquierdo estaba feliz pero sereno. Dedicó el campeonato de liga a los jugadores y a Juan de Lara, su ayudante, y por supuesto a la afición. Pero pidió cautela y concentración desde el primer minuto para centrarse en la promoción de ascenso. Quiere rematar la faena subiendo a Liga Nacional, cosa que no será nada fácil.

En parecidos términos se expresó el propio Juan de Lara. Pletórico y chorreando tras haber sido duchado con toda la ropa, ensalzó el trabajo y la dedicación de “este grupo de chavales que se han portado como si fueran profesionales”.

Por último, el capitán Juli también era un chico plenamente feliz “hemos demostrado lo que es el orgullo solanero; ahora, a por la promoción”.    

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