Aurelio Maroto

         Un cuenta cuentos es un juglar, y se además es actor, mucho mejor. Alicia Mohíno representa las dos vertientes de los artistas que se dedican a hablar a la gente encima de un escenario. La madrileña actuó en el Don Diego dentro de los actos conmemorativos de los 25 años de la Universidad Popular, y deleitó al público con varios cuentos destinados a adultos, cuya principal virtud fueron, no sólo el mensaje, sino la forma de contarlos.

         Alicia Mohíno lleva 13 años contando cuentos, pero muchos más siendo actriz, tanto de teatro como de televisión. Las historias que cuenta son clásicas en la mayoría de los casos. Sin embargo, asegura que “al final siempre cuentas cosas tuyas y la gente termina sabiendo más de ti aunque le cuentes ‘Caperucita’”. En realidad, añade, “contar cuentos es muy impúdico”.

         Su condición de actriz le permite moverse más y mejor en el escenario, ofreciendo un plus de versatilidad respecto a los cuenta cuentos que “se sientan en una silla y comienzan a hablar sin más”. Ella huye de este formato y prefiere acercarse a la gente, gesticular y añadir dinamismo a sus monólogos, que en realidad pretende que sean diálogos con el público.