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          Aurelio Maroto

     El aforismo se cumplió a rajatabla: a entrenador nuevo, victoria segura. El CF La Solana se redimió en Villamalea con un incontestable 2-4, rompiendo su mala racha de resultados y dejando en el olvido la depresión general en la que había entrado y que provocó el cese del entrenador, Paco Fuentes.

     El equipo jugó para ganar, y ganó. Siempre fue por delante en el marcador y ejerció de gallito. Capelo, que volvió a ser titular, golepó primero, aunque el Villamalea empató relativamente pronto. Todavía antes del descanso llegó el 1-2, obra del lateral Pitu con un disparo desde muy lejos al que acompañó la fortuna. En la reanudación llegó el tercero, obra de José Carlos, y aunque los locales acortaron distancias pronto llegó el 2-4 definitivo obra de Gabi Moreno. El cancerbero amarillo golpeó fuerte desde su propia área y su homólogo en la portería contraria hizo el resto para facilitar la redención de un Gabi que necesitaba como agua mayo algo así. Nos cuentan que el meta estuvo sereno y sobrio en sus acciones, y que no pudo hacer nada en los goles. La Solana, si quiere ascender, necesita al mejor Gabi Moreno. Nadie niega que sus errores han dido abundantes y graves en lo que va de liga, y que han costado puntos. Pero quienes le conocemos seguimos pensando que es un buen portero.

     El triunfo en Villamalea es un chute de puntos y, sobre todo, de adrenalina que ese vestuario necesitaba como el comer. Puede ser ventajista vincular este triunfo y esta mejoría al cambio de entrenador, propiciado por la Junta Directiva, pero los resultados amplifican todo. Varios jugadores admiten que el equipo tuvo otro aire, estuvo más enchufado y ganó en carácter. La llegada de Paco Madrid parece haber operado la catarata que tenía el ojo futbolístico de este equipo. Así es el fútbol y así los jugadores. Sin valorar ahora la mayor o menor adhesión de la plantilla a Paco Fuentes, está claro que hacía falta un volantazo y, de momento, debemos dar la razón a la súbita decisión de la directiva, y más en concreto del presidente, Manuel Galindo, el hombre que habla poco (para la prensa) pero que manda mucho.

     Al margen del efecto psicológico del cambio, plasmado en un resultado convincente, está el cambio futbolístico. La Solana de Villamalea era la misma de Villarrubia, pero Paco Madrid ha impreso una nueva mentalidad y algunos cambios tácticos de relieve. El más significativo fue la posición cambiada de los “pepes”. Jose López y José Carlos se cambiaron el sitio. El capitán jugó de pivote defensivo, a modo de quinto defensa por delante de Araque y Luján, mientras el valdepeñero adelantó su lugar al medio volante. Paco Madrid, que ya conocía a ambos, pretende dar seguridad atrás con un futbolista muy físico, rápido en el corte y de abarcar mucho campo como Jose López, y mejorar el manejo del balón y la llegada con un futbolista más creativo como José Carlos. Lo demás no cambió prácticamente nada, más allá del aspecto anímico.

     La victoria en Villamalea llegó acompañada por el pinchazo del Villarrubia en casa ante el Barrax, que viene como anillo al dedo para mantener a raya a los blanquiazules. El Manzanares no falló en su campo ante el Bolañego. Este Jueves Santo, a las 5 de la tarde, La Moheda volverá a vivir el derbi contra el Manzanares. Queda el segundo tiempo suspendido por la nieve el pasado 10 de enero. El favorito es el equipo visitante por razones obvias: va ganando 1-2 y La Solana saldrá con diez para sólo 45 minutos. La lógica dice que los franjiblancos deben llevarse el triunfo, pero la grandeza el fútbol es precisamente su falta de lógica. Veremos qué pasa.   

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