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     Aurelio Maroto
     El FS La Solana naufragó con estrépito en la pista del Villarrobledo. El equipo de Fernando Mena cayó por 7-2 en un encuentro que exhibió las carencias de un equipo que llega muy justito a este tramo final de liga, y el mejor ejemplo ha sido la repesca urgente de jugadores como Uri y Chorras ante la esquelética situación en que ha quedado la plantilla. 
     El resultado del sábado, como el algodón, no engaña. Los amarillos fueron claramente inferiores ante un rival que lucha desesperadamente por la permanencia y que encontró en La Solana un bálsamo de Fierabrás perfecto para redimirse, al menos de momento.
     La derrota no debería preocupar más de la cuenta si no es por la pobre imagen que dio el equipo ante un rival del furgón de cola. La diferencia con el descenso directo sigue siendo amplia, pero el colchón se está deshinchando y la preocupación comienza a cundir en el seno del club, consciente de que todavía habrá que ganar uno o dos partidos para aquilatar la salvación. El problema es que las sensaciones no son nada buenas.
     Sin embargo, todavía tiene que pasar por el pabellón "Antonio Serrano" el colista, Almendralejo, y todos confiamos en que de abajo no puntúen demasiado en los cinco partidos que restan de competición. De momento, las matemáticas siguen saliendo, pero las sensaciones no. Veremos qué puede más.

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